Irónicos, sorprendentes y exquisitos son algunos adjetivos que definen los cuentos cortos, breves o brevísimos, minificciones o ficciones súbitas, microrelatos, novelas rápidas o como se les quiera llamar a los ciento veinte mundos posibles, a las ciento veinte cápsulas narrativas –veneno que cura o mata– que Marcial Fernández presenta en Andy Watson, contador de historias, libro publicado por primera vez en 1997, reeditado en 2001 y que ahora Ficticia incorpora a su Biblioteca de cuento "Anís del Mono", en edición corregida y aumentada, con la certeza de que el amor, la muerte, la locura, la filosofía, el arte, la naturaleza, la mitología y tal o cual personaje –Dios, Penélope, El Quijote, Blanca Nieves, Mefistófeles, etcétera–, es decir, los grandes leones de la literatura universal, son susceptibles de ser cazados de un solo tiro.
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