Entre la autobiografía y la ficción —¿qué relato no lo es?— Jorge F. Hernández se encierra con seis toros, más uno de regalo, en las páginas de este libro. Siete cuentos en los que el diestro se ubica en la mejor tradición taurómaca mexicana, esa de la que Pepe Alameda reconocía como “el barroco fino que se trenza y destrenza ante la cara del toro”, que busca el acento dramático de procedencia española pero encuentra, de manera natural, la sonrisa socarrona en las suertes más peligrosas, esas que se escapan a la rigurosa técnica de los cánones y, en cambio, son una guerra florida en la que el antiquísimo lance de frente por detrás se convierte en gaonera. El autor de esta encerrona quiso ser torero mexicano y se doctoró como historiador en España, paradoja del destino que hoy lo enfrenta, con sus ficciones autobiográficas, en un punto en el que la salida a hombros es inminente.
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