Soledad
Cuando entró sintió que alguien rosaba su espalda confirmando las advertencias: “no compres esa casa, dicen que está embrujada”. Pero, hacía tanto tiempo que nadie la tocaba que decidió quedarse. Por fin el futuro parecía algo digno de vivirse.
Miranda Tempo
11 de March de 2019 / 22:16
11 de March de 2019 / 22:16
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