Emilio del Carril nos hace llegar el siguiente veredicto. Enhorabuena a los ganadores y talleristas, y muchísimas gracias a Emilio por su labor como jurado.

Comentarios de Emilio:

Primero, quiero agradecer el que hayan compartido conmigo esta selección de microcuentos/relatos. Confieso que me impresionó el uso del lenguaje, sobre todo, la madurez léxica que permea en los escritos. Sé que el tema es algo complicado para dotar los textos de matices y tonos diversos que necesariamente no desemboquen en el terror. Aunque son pocos cuentos, fue ardua la selección.
 
PRIMER PREMIO

 “Caridad”, de Rudolf (tallerista: José M. Nuévalos)
Si lo hubiera hecho a cambio de dinero, como las otras. O si se hubiese confesado de lujuria. Pero no, ella sostuvo que entregaba su cuerpo a ricos y pobres, nobles y clérigos, mozos y ancianos, y, sobre todo, a esclavos, tullidos y deformes, solo por regalarles unos instantes de consuelo. Tras el juicio fue condenada a la hoguera y el obispo, nuestro señor, ordenó para público escarmiento que una efigie de la endemoniada se colocase, a modo de gárgola, en las techumbres de la catedral.
Encargose el trabajo al jefe de los canteros el cual, temeroso de que le hicieran correr la misma suerte, deformó los ojos de la mujer hasta hacerlos saltones, como de rana, le hizo abrir la boca en una mueca atroz que dejaba ver cinco hileras de dientes y cubrió su cuerpo de escamas. Mas, al llegar a los senos que tantas veces habían palpitado entre sus manos, aunque semiocultos tras alas de murciélago, no pudo evitar modelarlos enhiestos como cálices y mórbidos cual alas de ángel.
Desde entonces, en las noches de lluvia, las sombras se agolpan bajo su figura. Mientras las demás gárgolas vierten el agua que se acumula en los tejados, de los pechos de la endemoniada manan dos fuentes de leche dulce y tibia que regalan a los menesterosos unos instantes de consuelo. 


Este es un texto que logra reenfocar la aparente fealdad de un ser mítico, hasta convertirlo en una emotiva historia en la que la compasión emerge sobre el prejuicio existente de las gárgolas. Entonces, el maniqueísmo entre la belleza/bien, y la fealdad/maldad, se rompe con esta representación de la verdadera compasión.
 
SEGUNDO LUGAR

"Polvo eres", de Ese (tallerista: Laura Elisa Vizcaíno)
Tanto tiempo llevaban aquellas gárgolas cubiertas por unas polvorientas sábanas que ya no recordaban lo que era la luz.
Revestidas por esos velos fantasmagóricos dentro de la iglesia abandonada, les gustaba recordar aquellas gloriosas épocas en las que, imponentes sobre lo más alto, veían a la gente pasar. "Polvo eres y en polvo te convertirás", repetía el padre en las numerosas misas que se escuchaban desde su monumental ubicación. 
La caída fue suave, ninguna sintió el fin cerca. Polvo fueron cuando las manos de los artesanos las esculpieron años atrás, en polvo se convirtieron cuando el templo fue derrumbado para hacer un centro comercial.


Perturbador, por demás, es ver cómo en este cuento se rompe con la magia que puede representar una gárgola, para contraponernos al consumismo. En ciertos aspectos, el desarrollo desmedido puede ser el más terrorífico de los monstruos.
 
TERCER LUGAR

 "GOCE CELESTIAL", de Malvadisco (tallerista: Tequila)
 Acudía a su dormitorio durante la noche y se retiraba antes del amanecer envuelto en una sotana. La huida del amante clandestino la dejaba insatisfecha, por lo que la joven ideó una estratagema y con ello alargar las horas de intimidad en la cama. Retrasó el reloj de la pared y procuró echar unos gruesos cortinajes de fieltro para simular oscuridad sin olvidarse de retorcerle el cuello al gallo del convento. Esa madrugada, el placer se engrosó en su interior y a los gritos acudieron el resto de novicias. Retiradas las cortinas de golpe, vieron el rostro de la criatura petrificarse en una mueca orgiástica con la luz matinal. Atontado como una mariposa nocturna, el ser se fugó por una ventana y voló, planeando con dificultad y cada vez más bajo, hasta alcanzar el tejado de la iglesia cercana. Guiado por las descripciones, el sacerdote revisó las estatuas del techo hasta dar con la culpable y de un martillazo derribó la erección de piedra de la gárgola.


No podía faltar una dosis de erotismo y sexualidad en la selección. Este relato enfoca con decoro, elementos de la sexualidad dentro de los atrios de una iglesia. La eterna disputa entre sexualidad y pecado se resuelve con un doloroso, pero ingenioso final.
 
MENCION DE HONOR

 “Veredicto”, de Esleongo (tallerista: José T. Espinosa-Jácome)
Durante la noche de brujas abandonó sigilosamente su sitio en el tejado de la iglesia. Como no quería ser descubierta, escondió su grotesco aspecto tras una máscara con peluca para luego ocultar alas y espolones entre colgantes de terciopelo. Satisfecha, fue al ayuntamiento a vivir la fiesta de disfraces, ubicándose en un rincón mientras el jurado anunciaba el mejor embozo. 
Pasada la media noche, premiaron su fastuoso disimulo de gárgola.


Encantadora propuesta que nos enfrenta con la triste realidad de que, en ocasiones, jugamos con hacerles creer a los demás que nuestras imperfecciones son solo un disfraz..
Taller de la Marina
06 de March de 2019 / 20:28
RESULTADOS DEL CONCURSO DEL MES DE SEPTIEMBRE, 2018 06 de March de 2019 / 20:28
Taller de la Marina
 

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