Desde el primer momento que papá la vio quedó prendado de ella, su vida cambio al conocerla, fue amor a primera vista, una frase desgastada pero la mejor manera de explicar el hechizo que Simona produjo en el. Los días de soledad se llenaron de su nombre, los actos más simples como levantarse, desayunar y caminar hasta la estación bajo el sol se convirtieron en un placer compartido. Yo sólo recibía las migajas de su atención, las mismas que yo le daba. Me esforcé tanto en lanzar conjuros a los cuatro vientos para que papá consiguiera una buena mujer, y así poder ignorarlo con tranquilidad y sin remordimiento.
Durante mis visitas, Simona revoloteaba a su alrededor llamando su atención, harta de su protagonismo la miraba con cautela y le suplicaba que se sentara, lo hacía siempre junto a papá de mala gana, somnolienta, aburrida e indiferente, era su manera de decirme que yo salía sobrando.
Dos años estuvieron juntos, papá murió una fría mañana de diciembre, en su cama junto a Simona que acurrucada a su lado nunca se percató que dejó de respirar. cuatro días después los encontré en la misma posición, Simona ladraba, veía a papá con ojos acuáticos mientras lo besaba con largos lengüetazos.
Ahora vivimos juntas y se ha engrapado a mi como una sombra, es exigente y demandante y todos los días me hechiza moviendo la cola.
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Mapache
19 de April de 2018 / 15:58
Simona 19 de April de 2018 / 15:58
Mapache
 

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