RESULTADO DEL CONCURSO DE ENERO
Veredicto mini ficciones sobre el invierno.
En la antigüedad los seres humanos “leían” el mundo. Las formas de las nubes les indicaban lluvia o la proximidad del invierno. El comportamiento de los animales era indicador de catástrofes o señalaba el final de una estación.
Con el tiempo hemos dejado de prestar atención a las nubes, ya no olfateamos el viento, en busca de señales, confiamos en los meteorólogos y sus aparatos. Sin embargo las estaciones inciden en nuestro estado de ánimo, le hemos dado un nombre a estos cambios: depresión invernal, euforia primaveral y de nuevo recurrimos a la ciencia para explicar lo que deberíamos tener muy claro: no somos dueños de la naturaleza y sus recursos, somos parte de ella.
Desde un punto de vista literario una de las estaciones más ricas en significados es el invierno. Incluso en las fabulas infantiles el invierno aparece como una amenaza, recordemos a la laboriosa hormiga y a la cigarra. En los textos de la tradición oral el invierno es una amenaza real para los personajes.
En la literatura el invierno puede simbolizar un futuro cruel, por eso debemos prepararnos para él o la frialdad de la sociedad (recordemos a la pequeña vendedora de cerillas , de Hans Christian Andersen.
El invierno puede representar el aislamiento social y mental o un reto (presente en las historias de Jack London) a vencer.
En las minificciones los autores abordaron el invierno desde diferentes perspectiva: la futurista (el invierno nuclear), el invierno como una fuerza reivindicadora (Por siempre invierno).
Lo interesante es que varios autores coinciden en un aspecto: el invierno es una situación límite. Podemos estar cubiertos de capas de ropa, pero ante un entorno adverso nuestro corazón queda expuesto y desnudo.
Uno de los textos en los que queda patente lo anterior es “Amistad en punto de congelación”, de Malvadisco. Mi sugerencia sería un cambio de título (el actual sugiere el final).
Mis felicitaciones a los autores y sus talleristas y si me permiten me atrevería a hacerles unas recomendaciones:
- Algunos textos comenzaban a “vender” el final, lo anunciaban, recordemos que el final debe ser una sorpresa.
- Revisar con lupa los textos, pues en algunos había repeticiones de palabras en un mismo párrafo. Me queda claro que la reiteración es un recurso estético, pero no era el caso de algunas minificciones.
Ahora bien, los felicito por aceptar este tipo de retos, trabajar un texto con un tema específico no es sencillo, les reconozco y aplaudo que hayan aceptado semejante tarea.
Gracias por su paciencia y seguiré con atención su trabajo.
Atentamente
Virginia del Río Vargas
.
En la antigüedad los seres humanos “leían” el mundo. Las formas de las nubes les indicaban lluvia o la proximidad del invierno. El comportamiento de los animales era indicador de catástrofes o señalaba el final de una estación.
Con el tiempo hemos dejado de prestar atención a las nubes, ya no olfateamos el viento, en busca de señales, confiamos en los meteorólogos y sus aparatos. Sin embargo las estaciones inciden en nuestro estado de ánimo, le hemos dado un nombre a estos cambios: depresión invernal, euforia primaveral y de nuevo recurrimos a la ciencia para explicar lo que deberíamos tener muy claro: no somos dueños de la naturaleza y sus recursos, somos parte de ella.
Desde un punto de vista literario una de las estaciones más ricas en significados es el invierno. Incluso en las fabulas infantiles el invierno aparece como una amenaza, recordemos a la laboriosa hormiga y a la cigarra. En los textos de la tradición oral el invierno es una amenaza real para los personajes.
En la literatura el invierno puede simbolizar un futuro cruel, por eso debemos prepararnos para él o la frialdad de la sociedad (recordemos a la pequeña vendedora de cerillas , de Hans Christian Andersen.
El invierno puede representar el aislamiento social y mental o un reto (presente en las historias de Jack London) a vencer.
En las minificciones los autores abordaron el invierno desde diferentes perspectiva: la futurista (el invierno nuclear), el invierno como una fuerza reivindicadora (Por siempre invierno).
Lo interesante es que varios autores coinciden en un aspecto: el invierno es una situación límite. Podemos estar cubiertos de capas de ropa, pero ante un entorno adverso nuestro corazón queda expuesto y desnudo.
Uno de los textos en los que queda patente lo anterior es “Amistad en punto de congelación”, de Malvadisco. Mi sugerencia sería un cambio de título (el actual sugiere el final).
Mis felicitaciones a los autores y sus talleristas y si me permiten me atrevería a hacerles unas recomendaciones:
- Algunos textos comenzaban a “vender” el final, lo anunciaban, recordemos que el final debe ser una sorpresa.
- Revisar con lupa los textos, pues en algunos había repeticiones de palabras en un mismo párrafo. Me queda claro que la reiteración es un recurso estético, pero no era el caso de algunas minificciones.
Ahora bien, los felicito por aceptar este tipo de retos, trabajar un texto con un tema específico no es sencillo, les reconozco y aplaudo que hayan aceptado semejante tarea.
Gracias por su paciencia y seguiré con atención su trabajo.
Atentamente
Virginia del Río Vargas
.
Taller Marina
02 de September de 2017 / 13:26
02 de September de 2017 / 13:26
Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.