¡A la Porra!
El funeral del rey
Pi
La reina no podía ocultar su consternación. Antes de iniciar la ceremonia volteó para buscar a sus hijos. Cuando vio al segundo le hizo una seña discreta para que fuera a su lado y le preguntó por su hermano mayor. El príncipe solo se limitó a responder:
—¿Podré obtener alguna vez tu perdón, madre?
La verdadera historia de la oreja de Van Gogh
Chester Truman
Atravesando Vicent van Gogh un puente en Oslo, una mano anónima empuñó un carnívoro cuchillo que fue a dar con su filo en el apéndice auricular izquierdo del genio pelirrojo. La oreja cayó como un pequeño fardo sobre el empedrado del puente, y el grito de dolor del artista fue tal que dejó paralizados a los transeúntes. El joven pintor Eduard Much, que casualmente pasaba por allí, se agachó, recogió la oreja y continuó su camino mientras tomaba notas aéreas de lo que a la postre sería su famoso cuadro: “El grito”.
El de Caperucita, abue, el de Caperucita
Héctor
La luna llena hacía meses que no aparecía debido al cambio climático. El hombre lobo estaba triste en su apariencia humana y muchas veces no lograba conciliar el sueño. Vivía en una cabaña en el bosque con su abuela. Ella, que era testigo del sufrimiento de su nieto, le contaba cuentos de terror para dormirlo y cuando no lo lograba, el licántropo le exigía su cuento favorito..
Pi
La reina no podía ocultar su consternación. Antes de iniciar la ceremonia volteó para buscar a sus hijos. Cuando vio al segundo le hizo una seña discreta para que fuera a su lado y le preguntó por su hermano mayor. El príncipe solo se limitó a responder:
—¿Podré obtener alguna vez tu perdón, madre?
La verdadera historia de la oreja de Van Gogh
Chester Truman
Atravesando Vicent van Gogh un puente en Oslo, una mano anónima empuñó un carnívoro cuchillo que fue a dar con su filo en el apéndice auricular izquierdo del genio pelirrojo. La oreja cayó como un pequeño fardo sobre el empedrado del puente, y el grito de dolor del artista fue tal que dejó paralizados a los transeúntes. El joven pintor Eduard Much, que casualmente pasaba por allí, se agachó, recogió la oreja y continuó su camino mientras tomaba notas aéreas de lo que a la postre sería su famoso cuadro: “El grito”.
El de Caperucita, abue, el de Caperucita
Héctor
La luna llena hacía meses que no aparecía debido al cambio climático. El hombre lobo estaba triste en su apariencia humana y muchas veces no lograba conciliar el sueño. Vivía en una cabaña en el bosque con su abuela. Ella, que era testigo del sufrimiento de su nieto, le contaba cuentos de terror para dormirlo y cuando no lo lograba, el licántropo le exigía su cuento favorito..
Alux
04 de September de 2022 / 22:18
04 de September de 2022 / 22:18
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