Selecciones 6 de agosto 2022
Sierra del Sur, Matilde
El mirador, en lo alto del profundo cañón, es un sitio impresionante. Tiene una vista formidable que domina las vastas tierras, bosques y minas de las que, muy pronto, mi marido será el único dueño. Es también un lugar muy entrañable, idóneo para dar el último adiós a los socios que lo han acompañado a visitarlo.
El único testigo, Serpico
Rayaba en el morbo el placer que me producía observar el cuidado y dedicación que aquel hombre prestaba a cada detalle de lo que era un crimen perfecto. Era evidente que se trataba de un experimentado profesional, metódico, pulcro y preciso. No había nada que pudiera parecerse a un error, excepto que, atado en esa mesa, yo era su siguiente víctima.
Asunto de inteligencia, P. Razo
Terlenka Wyborowa era una espía rusa a la que debía vigilar. Desde el edificio de enfrente escuché sus conversaciones y llevé un registro de cada movimiento por varios días, informando a mis compañeros para que la siguieran cuando salía a la calle. Necesitábamos averiguar quiénes eran sus contactos antes de neutralizarla. Aquella tarde la vi regresar y, al abrir la puerta de su departamento, una silueta apareció de pronto junto a la ventana. De un tajo, cercenó su cabeza, la envolvió, la puso en un fardo y apagó las luces. Notifiqué de inmediato lo sucedido, pero jamás dieron con el asesino, quien —supongo— ahora es rico. Si hubiera sabido antes que su cabeza tenía un alto precio, habría conseguido dos salvoconductos para irnos a estrechar las relaciones internacionales en una isla desierta del Caribe. Después se la cortaba yo mismo..
El mirador, en lo alto del profundo cañón, es un sitio impresionante. Tiene una vista formidable que domina las vastas tierras, bosques y minas de las que, muy pronto, mi marido será el único dueño. Es también un lugar muy entrañable, idóneo para dar el último adiós a los socios que lo han acompañado a visitarlo.
El único testigo, Serpico
Rayaba en el morbo el placer que me producía observar el cuidado y dedicación que aquel hombre prestaba a cada detalle de lo que era un crimen perfecto. Era evidente que se trataba de un experimentado profesional, metódico, pulcro y preciso. No había nada que pudiera parecerse a un error, excepto que, atado en esa mesa, yo era su siguiente víctima.
Asunto de inteligencia, P. Razo
Terlenka Wyborowa era una espía rusa a la que debía vigilar. Desde el edificio de enfrente escuché sus conversaciones y llevé un registro de cada movimiento por varios días, informando a mis compañeros para que la siguieran cuando salía a la calle. Necesitábamos averiguar quiénes eran sus contactos antes de neutralizarla. Aquella tarde la vi regresar y, al abrir la puerta de su departamento, una silueta apareció de pronto junto a la ventana. De un tajo, cercenó su cabeza, la envolvió, la puso en un fardo y apagó las luces. Notifiqué de inmediato lo sucedido, pero jamás dieron con el asesino, quien —supongo— ahora es rico. Si hubiera sabido antes que su cabeza tenía un alto precio, habría conseguido dos salvoconductos para irnos a estrechar las relaciones internacionales en una isla desierta del Caribe. Después se la cortaba yo mismo..
Patricia Dagatti
01 de September de 2022 / 11:57
01 de September de 2022 / 11:57
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