La Marina de Ficticia
MINIFICCIONES FINALISTAS DE JULIO 2022

Tema: La verdad
Juez: Amélie Olaiz, escritora mexicana


Día 1
Tallerista: Carmen Simón


El funeral del rey
Pi

La reina no podía ocultar su consternación. Antes de iniciar la ceremonia volteó para buscar a sus hijos. Cuando vio al segundo le hizo una seña discreta para que fuera a su lado y le preguntó por su hermano mayor. El príncipe solo se limitó a responder:

—¿Podré obtener alguna vez tu perdón, madre?

***

Librepensador
bebé

Decidió ir en busca de respuestas y emprendió el viaje. En su andar, unos monjes le indicaron que, al llegar a la bifurcación del camino, debía tomar el de la derecha, y más adelante, un grupo de peregrinos le dijo que convenía ir por la izquierda. Al llegar al cruce, optó por continuar a campo traviesa, sabedor de que todos los caminos conducen a Roma.

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La vida sin anestesia
Miss Trixie

A punto de abandonar aquel psiquiátrico donde tras dos largos meses había logrado espantar a los fantasmas de una mente enferma, sentía miedo.

Ahora podía distinguir gigantes de molinos o agresivos dardos de benéficas inyecciones. Era capaz de mantener una idea sin convertirla en la contraria para llegar al insoportable sufrimiento de la obsesión; discernía saludablemente. Llegó la hora de abandonar el nido en que sus neuronas, tratadas entre algodones, volvían a conectarse en armonía.

Caminando temeroso hacia la salida, divisó el rostro amable de su terapeuta y se dirigió a él: “Tengo miedo.” Con cariño, el galeno le puso una mano en el hombro: “Pero si ya te vas, ¡estás curado!", a lo que el paciente respondió temblando: “Me da miedo la verdad al desnudo; en su verdadera dimensión.”
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Día 2
Tallerista: “Alferez”


Redes sociales
Cuentacuentos

Cuando él se sinceró y ella le mostró su verdadero rostro, las expectativas, ilusiones y sueños húmedos se desvanecieron en la intrincada trama de la red. Desde entonces caminan impacientes sobre los tenues hilos, en espera de la mariposa o el abejorro que caiga entre ellos.

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Cuestión de fe
Héctor

Jesucristo subió a una canoa con un tipo en un lago profundo.
Ya lejos de la orilla, el Mesías preguntó:
—¿Creerías que puedo caminar sobre el agua?
—Adelante —respondió el compañero—, muéstramelo.
Jesús se paró en la embarcación y, al pretender pisar sobre el agua, se hundió. El otro pensó: "él no sabe que yo creo en Shiva".
Luego, saltó al agua para auxiliar a Cristo que no sabía nadar.
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Día 3
Tallerista: Jorge Oropeza


El croupier
Héctor

Dios y Satanás llevan siglos apostando, en juegos de barajas, el destino de nuestras vidas. El Diablo, por ser el inventor de los juegos de azar, es un experto en hacer trampas. A Dios, su ética no se lo permite. Por eso estamos como estamos.

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Todo un profesional
Pitágoras

Al terminar su discurso de despedida ante la fuerza policiaca, el veterano detective invitó a los nuevos reclutas a hacerle preguntas. Uno de ellos pidió que les dijera qué tan difícil era llegar a la verdad en su trabajo, y cuál el costo que había que pagar para ello. Tras meditar unos segundos, respondió:

—Es fácil, basta con averiguar dónde duele más, física o emocionalmente. En cuanto al costo, es mínimo: solo hay que comprar una capucha y tapones auditivos, sin olvidar por supuesto, el quitamanchas. Cualquier fierro oxidado también es útil.
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Día 4
Tallerista: Marcial Fernández


La verdad del mito
Héctor

Pasífae, ya de anciana, alquiló su vaca de madera a mujeres posmenopáusicas y a clientela masculina de dudosa reputación sexual. Así evitó la procreación de más híbridos táuricos.

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Ávalon
Pingüino

Los caballeros de la mesa redonda se preguntaban sobre el significado del báculo que había empezado a usar el rey Arturo. El más viejo les dijo:

—No se compliquen la vida. Es evidente que representa la verdad.
—Explícate —intervino uno de ellos— ¿A qué te refieres?
—A su edad ya no puede caminar.
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Día 5
Tallerista: Daniel Frini


La tierra plana
Pi

No puede creer que en pleno siglo XXI, con tantos adelantos científicos y evidencias contundentes elaboradas por eruditos en YouTube, todavía exista gente tan ignorante y fanática aferrada a la idea de que la Tierra es esférica y gira como mosca alrededor del sol, situado a millones de kilómetros. Aunque dice tener cientos de pruebas más, cuando encuentra a uno de esos necios oscurantistas, le basta con mostrarle el emblema de una organización tan seria como la ONU y recordarle que la palabra planeta proviene de plano para echar por tierra sus falacias y continuar con su cruzada.

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Contraproducente
Héctor

Sacó a pasear a su tristeza y ésta, al sentirse motivada, lo hizo regresar más triste.
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Día 6
Tallerista: Daniela Truman


“Veritas liberabit vos”
Patria y vida

El cuerpo forense policial no cabía en su asombro cuando, finalmente, concluyeron que su deceso había sido provocado por una insólita automutilación. Nadie supo que, en su desesperada búsqueda, alguien le sugirió que la verdad se encuentra dentro de cada ser humano.

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Fábula universal
Black Dot

De entre todos los ciudadanos de mi país —héroes, personajes honorables, mujeres inmaculadas, prohombres, virtuosos, inquebrantables, santos varones y, sobre todo, los que no mienten—, a Pinocho es al que menos le crece la nariz.

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Las dos caras de la moneda
Rocket to Russia

La Verdad tiene una hermana gemela que se llama Mentira. A ambas les gusta jugar a la moneda. O sea, arreglarse igual, ponerse de espaldas y pedirle a la gente que las reconozca.

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Merecido reconocimiento
Pepe Le Pew

Después de un preludio musical, con la magnífica interpretación de "Vive y deja morir" a cargo de Paul McCartney, el actor Daniel Craig apareció bajo los reflectores.
—El máximo galardón, el Oscar de 2022, por la mejor actuación masculina es para...
Con la frialdad típica de sus interpretaciones de James Bond, abrió el sobre lentamente y mientras intentaba ocultar su sorpresa, hizo el anuncio:
—¡Vladimir Putin!, por su brillante papel en "Mi villano favorito".

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Relativo
Héctor

Cansada de existir, se preguntó la muerte: "Y a mí cuándo se me terminará la función". Reflexionando se resignó y cambió al negativo aquel célebre pensamiento: "Mientras hay vida, no hay esperanza".
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Día 7
Tallerista: Sara Coca


No hay crimen perfecto
Serpico

Luego de encadenar a su víctima, atarle piedras y arrojarla al río, esperó hasta que desapareciera. Hasta ese momento todo marchaba de acuerdo al plan. Para su desencanto, el cambio climático haría que la verdad saliera a flote durante la sequía.

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A través de sus ojos
P. Razo

Su relación comenzó cuando ella lo vio por primera vez en un bazar. Era alto y robusto, como siempre lo había soñado. Poco después ya le dedicaba buena parte de su su tiempo, pero por más que ella se esmerara con el maquillaje y remedios reductivos y él se esforzara en mentir, complacer al ego de aquel esperpento vanidoso, era una misión imposible para el espejo.

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Crisis
Héctor

Se rumoraba que el brujo era capaz de convertirse en cualquier animal. Esta vez, un cliente nuevo -el mago intuyó que se trataba de un incrédulo- le pidió con sorna que se transformara en pavo o gallina; el hechicero sonrió e, inmediatamente, su cuerpo dió tres vueltas sobre sí mismo y, después de una nube de humo espeso, apareció en el horno de la casa del cliente. Así, el tipo y su familia, celebraron el Día de Muertos.
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Día 8
Tallerista: Dolores Díaz A. (“Tequila”)


El jefe siempre tiene la razón
Héctor

El maestro Zen comenzó a dar un sermón en el patio del templo:
-Quien ha recorrido camino, sabe cuánto cuesta dar un paso; quien ha dado un paso, ignora cuán largo es el camino.
-Grande, maestro, grande- dijeron todos los del patio.
De repente, preguntó el maestro:
-¿Quién puso sus sandalias a secar en esa rama del árbol?, ¿a quién pertenecen, díganme?
Los sesenta discípulos permanecieron en silencio por algunos segundos, hasta que uno de ellos dijo:
-Fui yo, maestro- el muchacho se levantó y corrió a descolgarlas, cuando dijo el maestro:
-Ese árbol es poesía, es pieza sagrada donde puedes colgar tu alma, pero nunca tus sandalias. Es como si fuera mi alter ego- y al ver que el monje iba a bajarlas de la rama, replicó:
-Esas no, bruto, esas son las mías...Las tuyas están en la otra rama.

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In vino veritas
Patria y vida

Harto de deambular infructuosamente por tratamientos para vencer su alcoholismo creó una nueva corriente filosófica en la cual, como condición sine qua non para acrecentar la sabiduría, se debía estar beodo todo el tiempo.

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La última pregunta
Papalotl

A sus treinta años poseía una fortuna considerable de origen más bien dudoso: mansiones, autos, yates y varias empresas a nombre de familiares y testaferros. A pesar de su bajo perfil, tenía fama de ser persona franca y hábil negociador. Aquel día, un periodista logró entrevistarlo brevemente. Al final le preguntó cuál consideraba su activo más valioso. "Mi pistola, sin duda" respondió. Supo que esa era la pregunta que nunca debió hacer mientras le apuntaba con ella entre las cejas.

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La maldición de la familia Pérez
Carabela

En el ático, la mujer cosía preciosos vestidos para la pequeña. Le contaba que era hija de un gran monarca, dueño de un cristal mágico en el que podía ver todo su reino; y de un pez, un caballo y un ave de metal que lo llevarían por cielo, tierra y mar si ellas se perdieran. Además, contaba con un cuerno mágico que quien lo tocara podía llamar en su auxilio a un ejército.

—Mami, robemos el cuerno para que el ejército mate a la criatura que nos tiene prisioneras.

—¡Nunca se te ocurra retar a la bestia, mi princesita! Tienes que saber la verdad, ya eres grande. La misma verdad que me contó mi madre, tu abuela, cuando tomé el cuerno mágico para llamar a la policía y que nos liberara del cautiverio. Verás, hace mucho tiempo, una bruja encantó al señor de esta fortaleza. Desde entonces, por las noches se transforma en una serpiente que castiga a las niñas bonitas, pero desobedientes que toman cosas ajenas. Por eso, la serpiente se enroscó alrededor de mi cuerpo hasta casi asfixiarme, y cuando conseguí salir de entre sus anillos babosos, traía pegada a mí una princesita hermana conmigo.

Al otro lado de la puerta enllavada, el señor Pérez vigilaba por medio de un circuito cerrado de cámaras a sus dos hijas.
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Día 9
Tallerista: Lucía Casas Rey


Boomerang
Phileas Fogg

Había acudido a esa cita por insistencia de un amigo, mas no porque le atrajera el trabajo. No tenía intenciones de convertirse en asalariado, sino de dedicarse a la música. Luego de entregar su Currículum, llenar dos formularios y realizar varias pruebas psicométricas, al final de la entrevista le pidieron que se describiera a sí mismo.
—Impuntual, mentiroso empedernido, holgazán, irresponsable y narcisista.
—Creo que le faltó agregar algo: es honesto y eso es fundamental en nuestra organización. Queda contratado.

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Biblia hebrea
Humo blanco

Cada vez que miente y le recuerdan el octavo mandamiento, frunce el ceño y niega haber robado algo. Luego saca un solideo del bolsillo, junta las manos, dice "shalom" y se retira tan campante
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Día 10
Tallerista: Tomás del Rey


La mamá del emigrante
Héctor

Me dejó una promesa en el aire y yo, que soy una trapecista, hago piruetas con ella.

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Negación
Pseudónimo

—Hola, mamá. ¿Cómo sigue papá?
—Está muy enojado. Me preocupa. Dicen que ya superó la negación, pero ahora está atrapado en la segunda etapa del duelo.
—¿Y tú, ¿estás bien?
—Claro, y feliz de escucharte. Ya era hora de que te acordaras de nosotros. No sabía de ti desde que fuimos a reconocerte a la morgue.
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Día 11
Tallerista: Carlos Bortoni


El impostor
Agamenón

Cada jueves, el viejo va a la taberna del puerto y, al amor de una botella, cuenta historias a los parroquianos.
Alguno pregunta "¿Eso ha ocurrido en realidad?" "Si lo dice el libro…”, responde. Otro, observa: “Tienes los ojos cansados, lees mucho”, pero él sabe que es su hastío vital, que ya le asoma .
Un día, dejó de ir: el otoño, la lluvia... No obstante, mandó recado con el hijo de los vecinos: “Dice que no puede venir porque no le quedan historias que contar." Apenados, le pidieron llevase respuesta: “Nosotros le vamos a regalar un libro nuevo". Cuando el niño iniciaba el retorno, les dijo: “El señor Antonio no sabe leer.”

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La sinceridad del reflejo
Pepe Le Pew

Se admira desnudo frente al espejo. Sus ojos se deleitan al recorrer ese cuerpo atlético y bien bronceado. De pronto, su mirada tropieza con algo que lo obliga a desviarla, al tiempo que profiere una maldición. En medio del portento que tiene enfrente, tímida —oculta entre el hirsuto pubis— pende una penosa verdad.

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La verdadera historia de la oreja de Van Gogh
Chester Truman

Atravesando Vicent van Gogh un puente en Oslo, una mano anónima empuñó un carnívoro cuchillo que fue a dar con su filo en el apéndice auricular izquierdo del genio pelirrojo. La oreja cayó como un pequeño fardo sobre el empedrado del puente, y el grito de dolor del artista fue tal que dejó paralizados a los transeúntes. El joven pintor Eduard Much, que casualmente pasaba por allí, se agachó, recogió la oreja y continuó su camino mientras tomaba notas aéreas de lo que a la postre sería su famoso cuadro: “El grito”.

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Lucas 22:19
Héctor

De tanto amasar la harina, con pasión de enamorado, se fusionó con ella. A la mañana siguiente, la esposa, creyendo que su marido se había ido a trabajar sin comer, metió la masa al horno y los niños se lo desayunaron.
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Día 12
Tallerista: José Luis Sandín (“El águila descalza”)


Papelón
Crupier

Estaba satisfecho de haber ganado el concurso literario por esfuerzo propio, sin necesidad de pedir el voto a amigos y conocidos. El momento de gloria se transformó en fiasco cuando los organizadores descubrieron que, bajo distintos seudónimos, los votos provenían de una misma dirección IP.

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Un artista
Black Dot

El gran mago, por fin, empieza la función. Saca de la chistera un conejo. A continuación, parte con un serrucho a su asistente. La gente aplaude el truco. Agita su bastón mágico y un par de palomas vuelan sobre el escenario. Ahora desaparece a una dama escogida de entre los que pagaron boleto. Para su acto final, ha escogido ese en donde miente. Son tantas y tan inverosímiles las falsedades que convence a todos de que dice la verdad. La ovación no se hace esperar, nunca antes se ha visto a un mago convertirse en político.

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Galimatías
Posdata

Cuando el niño creció y su madre creyó que tenía la edad para entender, le dijo: "Tal vez resulte confuso lo que voy a revelarte, pero eres inteligente, y lo comprenderás. Mira: Melinda, tu tía, su hijo Beto, tú y yo somos medios hermanos".
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Día 13:
Tallerista: Víctor M. Campos


Femme fatale
Big Brother

Cuando llegó al fondo tuvo la certeza de que sus sospechas eran fundadas. Ella lo había engañado y no fue al único. Ante las circunstancias, no tenía otra opción más que resignarse. Los restos maniatados de otros hombres en la profundidad del lago se lo sugerían.

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Honestidad
Johnny Pinto

Las escenas cotidianas son su temática predilecta. Disfruta pintando a la acuarela y al óleo paisajes con montañas y campos de cultivo, flores, los bosques, atardeceres y mares embravecidos. Las fuentes y los niños jugando en el agua lo apasionan. Son imágenes inspiradoras. En ocasiones hace también retratos a lápiz o con tiza y carboncillo. Después de su jubilación, dispone de tiempo de sobra para su pasatiempo favorito y la madurez para perfeccionar la técnica de lo que, desde la juventud, reconoce que sabe hacer con maestría inigualable: pintar mal.

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Viceversa
Papalotl

Después de sentir el golpe atrás, el conductor se bajó del automóvil y, furibundo, fue a reclamarle al que lo había chocado, quien le respondió:
—¿Quiere saber la verdad, amigo? Confieso que no tuve precaución y me confié; mea culpa, pero jamás imaginé que usted arrancaría en reversa.

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El remedio de los grandes males
Gata Blues

Cuando a Pinocho le dio por decir la verdad, la nariz ya no tuvo razón de existir.

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Tirar del hilo
Chester Truman

La gente lo ignora, pero fuera del escenario es la marioneta quien mueve los hilos del marionetista. Durante la media hora que dura el espectáculo se intercambian los papeles: hasta un titiritero tiene derecho a su minuto de gloria.

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El de Caperucita, abue, el de Caperucita
Héctor

La luna llena hacía meses que no aparecía debido al cambio climático. El hombre lobo estaba triste en su apariencia humana y muchas veces no lograba conciliar el sueño. Vivía en una cabaña en el bosque con su abuela. Ella, que era testigo del sufrimiento de su nieto, le contaba cuentos de terror para dormirlo y cuando no lo lograba, el licántropo le exigía su cuento favorito.
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Día 14
Tallerista: Mónica Brasca


Didáctica práctica
Pitágoras

Mientras construían un camino de piedrecillas en el monasterio, el aprendiz preguntó al viejo:
—Maestro, ¿es cierto que la verdad y la justicia son como las vías de ferrocarril, y que se juntan al final del camino?
—Esa es una falacia. Si acaso una ilusión, porque ambas son de naturaleza diferente.
—¿Podría explicarse? No comprendo.
—Se rigen por leyes distintas. La primera, por las leyes naturales y es lo que es, nos guste o no; mientras que la segunda, por las leyes humanas y es lo que queremos que sea o lo que suponemos que debería de ser.
—Creo que voy entendiendo ¿Tendrá un ejemplo a la mano?
El viejo tomó la piedra que sostenía y la dejó caer sobre la cabeza del discípulo, quien de inmediato protestó.
—¿Entendiste, querido Zao? La verdad es que la piedra cae irremisiblemente; la justicia, que hubiera caído al piso.

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Caso resuelto
Chester Truman

Pues al final resulta que el asesino del circo es el mimo Olersson. Seis víctimas en total: las mata callando.

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Claroscuros
Serpico

Después de tomarle juramento, se pidió al hombre que declarara sobre lo ocurrido:
—Desde donde yo estaba, recuerdo haber visto cómo las manos del sujeto se extendieron, tomaron a mi esposa del cuello y oprimieron hasta asfixiarla. Luego se fue la luz.
—¿Qué hizo usted?— preguntó el fiscal.
—No pude hacer nada, estaba paralizado por lo que veía.
—¿Reconoció al asesino?
—No, era un desconocido.
—¿Qué ocurrió después?
—No sé exactamente. Estaba oscuro y yo, aturdido, perplejo. Cuando la luz regresó me encontré solo frente al cadáver de mi mujer y llamé a la policía —dijo sin titubeos.
—Su relato resulta poco creíble, ¿está seguro de que no vio algo más?
—Nada que no haya dicho ya.
Ante la mirada del acusador cargada de sospecha, agregó:
—Créame, no fui yo. En verdad esa noche estaba fuera de mí: era otro.

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Las viejas escrituras
Gesel van God

Y fue Dios quien, después de crear el universo, dio vida a la humanidad. Para que ésta tuviera en qué entretenerse, permitió que explorara sus insondables misterios jugando a las adivinanzas y se tomara el trabajo de escribir sus propias versiones de la historia. Más tarde pasarían por el editor, que mostraría su escepticismo con movimientos de cabeza, esbozando una sonrisa al leer aquellos cuentos llenos de candor y fantasía. Tras meditarlo, decidiría dejar los textos como estaban. Después de esa prolongada y narcisista infancia, la raza humana tendría la oportunidad de descubrir la verdad al crecer.

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Cuestión de Imagen
Black Dot

De verdad que ha cambiado: silicona en los pechos y en las nalgas, operaciones para mejorar la nariz y disminuir la protuberante mandíbula, tratamientos de láser para remover hasta el último vestigio de vello, maquillaje profesional. Una mujer meliflua, escultural, una diosa. Al verla pasar, los varones imaginan con lascivia el cuerpo desnudo, la poseen una y otra vez y las mujeres se derriten de la más abyecta envidia. Toda la perfección se desvanece cuando, en el bar, los camareros le llaman Francisco.
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Día 15
Tallerista: Aída López Sosa


La tregua
Pseudónimo

Desde los balcones les llueven flores naturales o en versos, serpentinas y confeti. Como reinas, unas bajan de la colina y otras suben por la cuesta desde la hondonada. Van con la frente en alto, coronadas por un tocado de listones multicolores y su vestido blanco. Coquetas deslumbran mientras avanzan sobre la calle empedrada alzándose los bordes de la enagua. Las notas de la banda se oyen a lo lejos. Ellos, en albo traje, sombrero de palma y paliacate al cuello, las encuentran, sonríen y buscan cortejarlas. Ellas, sonrojadas y con cierta desconfianza, los toman del brazo. La música atrae a las parejas, a viejos y niños que convergen hacia la plaza. Estalla la pirotecnia en el cielo; la noche y el pueblo entero se iluminan. Hoy todos son amigos y hermanos, llueve luz, se esparce la alegría; las penas y rencillas se diluyen por unas horas. ¡Que empiece la fiesta! ¡A bailar! ¡A olvidar!, que mañana volverá la realidad.
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Día 16
Tallerista: Josep M. Nuévalos


Fuer o n
bebé

Era evidente que la mujer había intentado huir de sus agresores. Los zapatos encontrados a lo largo de la calle lo confirmaban. También que había tratado de identificarlos. La frase inconclusa encontrada en su celular lo demostraba. Esas seis letras hicieron que los investigadores se quebraran la cabeza durante días. Sin embargo, la verdad salió a relucir cuando se reprodujo la escena y la prisa hizo que quien ocupó su lugar se equivocara. Fue Ron; Ronaldo, su anterior amante. Un cabello hallado entre su ropa y un estilete con sus huellas cerraron el caso y, para él, las rejas de la prisión.

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La otra venda de mis ojos
Gata Blues

No sé si es virtud o defecto, la duda que me genera de si en verdad existe lo que tengo delante de mis ojos.

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Los amantes
Telares

Aunque muertos de amor el uno por el otro, eran expertos en asistir a la misma reunión fingiendo indiferencia. Se pedían solemnes disculpas si se rozaban al pasar y demostraban un protocolario desinterés, si acaso eran presentados formalmente.
Mirándola con insistencia, él le dedicaba a ella, en silencio, las caricias que deslizaba por el cabello de su mujer. Ella, a espaldas de su marido, las festejaba alzando la copa de champán.
Una amenaza de atentado interrumpió la fiesta.
Desesperados, se buscaron y corrieron juntos a refugiarse. La alarma resultó falsa. La verdad estalló —irremediable— y los dejó al descubierto.
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Día 17
Tallerista: Carlos Martín Briceño


El expreso de media noche
Chester Truman

Tienes la sensación de que te has equivocado de tren porque no reconoces el paisaje tras la ventanilla. Intuyes que te has subido al tren equivocado cuando compruebas que eres el único pasajero. Presientes que el viaje será largo porque el tren cada vez coge más velocidad y al pasar junto a ti el revisor —con una vocecilla de Elfo—, te ha susurrado al oído: Póngase cómodo, caballero, esto va para largo.

Sospechas que todo va en serio cuando escuchas por megafonía: “Próxima parada: el infierno”. Y ratificas tus peores presagios al ver cruzar por el pasillo, dando leves botecitos, la cabeza del maquinista.

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El amargo sabor del triunfo
Volkandert

Después de tanta disciplina, entrenamientos y dietas, nadie sabía en verdad lo que significaba para él haber ganado el Derby de Kentucky. En realidad le daba lo mismo si en vez de esa competencia, hubiese sido una justa olímpica o una carrera parejera. Más satisfacción le habría proporcionado a Pegaso una buena paca de alfalfa y la compañía de una joven yegua.

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Vox populi
Laffite

Los militares y ufólogos de la NASA que acudieron al sitio del accidente estaban en una encrucijada. No sabían si darle crédito a la versión del niño o a la del borracho. El primero afirmaba que los extraterrestres que vio salir de entre los restos humeantes eran verdes, con largas piernas y enormes pies, mientras el segundo aseguraba que, rechonchos y calvos, tenían la piel color de rosa y grandes orejas. Finalmente optaron por declarar que se trataba de un avión del "Circo volador" con payasos a bordo y archivaron el expediente para no causar pánico.

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La relatividad de la verdad
Murata

El hallazgo de un peligroso virus genéticamente manipulado, prisionero del hielo ártico y datado en más de quince mil años me hizo pensar en presencia extraterrestre en el pasado remoto, en culturas antiguas con sorprendentes conocimientos y tecnología que se perdieron por razones desconocidas, o en viajes transdimensionales en el tiempo. En realidad, tal idea me vino a la mente mientras reflexionaba sobre las verdades que aún no conocemos. La noticia de un descubrimiento así provocaría el caos y aunque por ahora sería calificada de falsa, mañana podría convertirse en realidad.

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Una discusión acalorada
Serpico

El recién llegado a la fiesta en aquel enorme antro se quejó inmediatamente del calor: era insoportable. Poco después, en medio del ambiente frenético, pidió una bebida y nadie le hizo caso. Más tarde intentó salir para tomar aire. Cerca de la puerta un guardia de seguridad se lo impidió abruptamente y se hicieron de palabras. Todo terminó cuando el cancerbero le reveló una candente verdad: "El único que tiene permiso de salir de aquí es Mefisto, ¿entendido?".
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Día 18
Tallerista: Elisa Armas


Ilusos e ilusionistas
Black Dot

El acto principal se consuma: les han vendido burro por caballo, oscuridad por luz, esclavitud por libertad. Hace ya tanto tiempo que viven en esa vida quimérica que no encuentran motivo para dudar de la utopía. Si les dicen que lo malo es bueno, no se escandalizan con la perversidad, sino que aspiran a ella. Si les conminan a tirarse del precipicio, con gusto se revientan contra las filosas piedras. Creen que en lo profundo está la deidad sagrada que rige sus destinos y los recompensará. La vida no mejora con su sacrificio, nunca mejorará, pues lo primero que inmolaron fue a la verdad.

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El proceso
Simbad

La falsedad germinó entre el caos y la ignorancia, donde encontró terreno fértil. Poco después, en silencio, una pequeña duda se abría paso en la oscuridad antes de brotar y ver la luz. Gracias a ella cobró impulso, creció, se ramificó y se hizo más fuerte. Por fin, al llegar la primavera, floreció. Con sus pétalos extendidos y la cara al sol, tomaba forma la esperanza. Más tarde, el tiempo sería testigo del nacimiento del fruto: la verdad, esa apetecible manzana, origen frecuente de discordia.

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La pura verdad
Memo Riosa

La Verdad accede y se presenta ante los hombres que habían clamado por ella. Hermosa, cabellera rizada, su divino cuerpo cubierto con un vestido de brocado y sus pies sobre tacones.
Los hombres la miran incrédulos:
—¿Qué clase de verdad es esta?
—¡Una verdad maquillada! —protesta uno que se acerca indignado a tallarle el color de los labios.
—Esta no es la verdad que pedimos. —Y le desbaratan el peinado.
—Queremos la simple verdad.
—¡La verdad desnuda!
Le arrancan el vestido de brocado, rasgan su delicada ropa interior y la bajan de sus zapatillas hasta dejarla como vino al mundo.
Los hombres la miran suspicaces:
—¿Qué clase de verdad es ésta?
—La que buscábamos: la verdad desnuda.
—A decir verdad, así ya no se ve tan apetecible.
La Verdad se avergüenza y se tapa como puede sus partes íntimas.
—Es verdad que la verdad no peca, pero incomoda.
El desengaño va en aumento. Entre el gentío sobresale el grito de un radical:
—Es cierto que pedimos la verdad desnuda, pero no es suficiente. Queremos la cruda verdad, aunque duela.
Se hace el silencio. Los ojos de la muchedumbre se dirigen a la Verdad. Sus carnes desnudas empiezan a temblar.
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Día 19
Tallerista: Eliana Soza


Dioses
Black Dot

Tuvimos dos templos, en uno adorábamos a un dios que nos amenazaba con su infinita furia. En días, señalados como sagrados por sus sacerdotes, le rendíamos tributos y sacrificios; jóvenes vírgenes, recién nacidos, sangre de semental y lo mejor de nuestras cosechas. Autómatas recolectaban las ofrendas y las llevaban al templo del Dios atroz. El otro templo, el de la verdad, permanecía abandonado. Ni imágenes adornaban sus paredes ni sacerdotes profesaban en su favor. No había tronos tampoco y todos le temían tanto, porque en ocasiones era despiadada, intratable y siempre certera, pero, aunque también podía ser dulce, sutil, atildada, evitaban mirar en su dirección. Vidas inútiles las nuestras, regidos por una deidad tirana y el temor patológico de acogernos a lo cierto.

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Negociaciones sutiles
Serpico

Entre la bruma, el informante se aproxima con disimulo en la oscuridad del callejón al policía investigador, quien aparenta ignorarlo:
—Jefe, ¿cuánto está dispuesto a pagarme para que le suelte toda la sopa sobre El navajas y su banda?
Aunque traía consigo una suma considerable, el hombre esbozó una sonrisa. Encendió un cigarrillo y luego de ver al soplón de arriba a abajo, lo tomó por el cuello, caminó hacia la pared llevándolo casi en vilo y después de soltarlo, miró sus puños con detenimiento. Finalmente, viéndolo fijamente a los ojos le dijo:
—¿Quieres saber la verdad, Chimuelo? Todo depende de cuántos dientes más estés dispuesto a perder esta vez, porque yo vengo dispuesto a arrancártela.

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El momento de la verdad
Dino Sauri O.

Antes de ir a la cama aquel lunes, ajustó el despertador digital en la mesita de noche. Era vital llegar a tiempo a la cita con el oncólogo al día siguiente.
Horas más tarde, cuando el molesto zumbido le hizo tomar conciencia, no se explicaba la presencia de las moscas a su alrededor, menos aún que ya fuera domingo.
Mientras tanto, después de haber adelantado el reloj-calendario e inundado el cuarto con los insectos, su familia observaba su desconcierto con curiosidad morbosa por la ventana. Estaban seguros de que así estaría mejor preparado para cuando llegara ese momento.

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El espejismo
Simbad

Autodidacta desde niño, su apetito por conocer la verdad se vio recompensado con la llegada de la tecnología. Ya no era necesario leer cientos de páginas para encontrar lo que buscaba. Internet, Google y la Inteligencia Artificial parecían excelentes sustitutos de bibliotecas, búsquedas interminables y gruesos volúmenes. Pronto se decepcionó. Como todo lo humano y sus creaciones, esa inteligencia imperfecta, basada en algoritmos, probabilidades y cálculos estadísticos, no era todavía capaz de diferenciar correctamente lo verdadero de lo falso. Su única certeza ahora es que la verdad es un acto de voluntad: se cree en lo que se quiere creer.

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El espresso de medianoche
Pingüino

Al ser interrogado, no iba a ser fácil que revelara el secreto que guardaba por años. De él dependía conservar su empleo y acceder a la ya cercana jubilación. Ante la presión de sus colegas que lo ataron a las vías, el maquinista del tren expreso finalmente confesó la verdad. Gracias a esa taza de café lograba mantenerse despierto hasta llegar a su destino al amanecer.

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El ángel caído
Carabela

Dirían que nació con los pies pegados al skate. Tal era la habilidad con la que realizaba las acrobacias que cuando volaba por los aires costaba distinguir entre la patineta y aquel chico de figura grácil al que sus admiradores apodaron El Ángel. Su destreza lo llevó a convertirse en una figura omnipresente en los podios, la televisión y las fiestas del jet set, pero también de los kioscos donde gastaba gran parte de sus ganancias. No necesitaba ya la patineta, ni su programa de televisión ni los concursos ni su línea de ropa. Le bastaba consumir unos cuantos gramos para sentir el subidón de adrenalina. La droga le susurraba al oído todo lo grandioso que era como skater. “Oh, Jack, tienes el cuerpo de un dios. ¡Cuántos premios y reconocimientos!”. El dinero pronto acabó, pero se sabía el mejor skater. La cámara lo amaba, amaba esa figura de vientre plano y pantalones apenas sostenidos por la percha de la cadera, cuando subía a la tabla. Ofreció una exhibición para conseguir fondos y visibilidad ante los medios. No más puso el pie en la patineta y se cayó de bruces contra el suelo. El crack del brazo al quebrarse hizo que aquel espejismo se desgarrara y le dejó expuesta la verdad de haberse convertido en un viejo gordo y drogadicto.
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Día 20
Tallerista: José T. Espinosa-Jácome (“El último Abencerraje”)


La loca
Black Dot

Te trajeron aquí porque estás condenada. Constituyes cosas que incomodan a otros, encoleriza oírte afirmar que lo que dices no es mentira.
—Todo lo contrario, no miento, no me vendo, no tengo precio.
Pero sabemos que es imposible. Todo lo que proclamas es peligroso y subversivo. Escucharte trae mala fortuna, aquellos que lo hacen aparecen muertos o de plano se desvanecen en el aire como víctimas de un siniestro acto de magia.
Te atendemos, administramos medicamentos para hacer tu vida llevadera. Cuando te levantas del rincón donde pasas desapercibida, mandamos a los enfermeros; ellos te ayudan, envuelven tu cuerpo en cobijas, y para que estés tranquila inyectan soporíferos, y te sujetan a la cama. Ahí, calladita quedas, confundida sí, pero sin dejar de ser la Verdad.
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