Porra marciana
Optimista
Pepe Le Pew
Tallerista: Carlos Martín Briceño
Haciendo esfuerzos para mantenerse firme y no llorar, la madre reunió a sus hijos para darles la triste noticia:
—Niños: su papá se nos adelantó. Para estos momentos ya debe estar esperándonos en el cielo.
—¡Yupi! —gritó el más pequeño— . Igual que cuando vamos al cine: se adelanta, compra los boletos y nos espera a la entrada con las palomitas. ¡Es un genio!
Magia sin límites
Pseudónimo
Tallerista: El último Abencerraje
El mago hizo una caravana al auditorio, pronunció un conjuro y metió la mano en la chistera. Primero salió una paloma y después una jaula con un canario. Luego varias mascadas, unos guantes de box y algunos calcetines. Insistió y salió a relucir un disfraz del Hombre Araña, tres hamsters, unos cómics y el uniforme de la Selección Nacional. Un poco contrariado, continuó buscando hasta que, por fin, apareció su varita mágica. Hizo unos pases con ella y apareció el conejo.
—Oye, mago de pacotilla —le dijo el animalito con enojo—. Te lo advertí. Mil veces te dije que mi casa no es bodega y que buscaras otro lugar para guardar tus tiliches. Ahora vas a ver lo que es vivir en el caos.
Acto seguido, dio un brinco, sacó una escopeta, obligó al hombre a entrar en el sombrero y, entre saltitos y caravanas, desapareció del escenario en medio de los aplausos y risas.
Hambre de letras
Pepe Le Pew
Tallerista: Daniela Truman
Corrían rumores en la escuela de que Pablo era un monstruo y nunca supimos la causa. Era inteligente, educado y un ávido lector. Ahora que lo pienso, tal vez esta era la razón: decían que devoraba los libros.
¡Suerte!.
Pepe Le Pew
Tallerista: Carlos Martín Briceño
Haciendo esfuerzos para mantenerse firme y no llorar, la madre reunió a sus hijos para darles la triste noticia:
—Niños: su papá se nos adelantó. Para estos momentos ya debe estar esperándonos en el cielo.
—¡Yupi! —gritó el más pequeño— . Igual que cuando vamos al cine: se adelanta, compra los boletos y nos espera a la entrada con las palomitas. ¡Es un genio!
Magia sin límites
Pseudónimo
Tallerista: El último Abencerraje
El mago hizo una caravana al auditorio, pronunció un conjuro y metió la mano en la chistera. Primero salió una paloma y después una jaula con un canario. Luego varias mascadas, unos guantes de box y algunos calcetines. Insistió y salió a relucir un disfraz del Hombre Araña, tres hamsters, unos cómics y el uniforme de la Selección Nacional. Un poco contrariado, continuó buscando hasta que, por fin, apareció su varita mágica. Hizo unos pases con ella y apareció el conejo.
—Oye, mago de pacotilla —le dijo el animalito con enojo—. Te lo advertí. Mil veces te dije que mi casa no es bodega y que buscaras otro lugar para guardar tus tiliches. Ahora vas a ver lo que es vivir en el caos.
Acto seguido, dio un brinco, sacó una escopeta, obligó al hombre a entrar en el sombrero y, entre saltitos y caravanas, desapareció del escenario en medio de los aplausos y risas.
Hambre de letras
Pepe Le Pew
Tallerista: Daniela Truman
Corrían rumores en la escuela de que Pablo era un monstruo y nunca supimos la causa. Era inteligente, educado y un ávido lector. Ahora que lo pienso, tal vez esta era la razón: decían que devoraba los libros.
¡Suerte!.
Serpico
27 de April de 2022 / 15:19
27 de April de 2022 / 15:19
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