Selecciones del 2 de marzo
Destino manifiesto
Camaleón
—Tal vez no le guste lo que va a ver, señor —dijo el agente de viajes al hombre frente a él—. ¿No prefiere viajar al pasado? Es más agradable recordar los buenos momentos y disfrutar al volver a vivirlos que enfrentarse a lo desconocido e incierto.
—No. Quiero saber cómo voy a morir y, si es posible, evitarlo.
—Lo que usted diga, Recuerde que se lo advertí.
Al cabo de una ardua búsqueda en el futuro, lo único que averiguó fue que moriría en un trágico accidente aéreo. Se prometió que jamás volvería a abordar un avión.
Meses después, un Boeing 747 caía cerca del aeropuerto, justo en el momento cuando él circulaba por ahí en su automóvil rumbo a casa.
***
Estampas de una posdata
Héctor
Desde su cabaña frente al mar, el viejo revolcaba su mirada entre las pinceladas del crepúsculo. Absorto en la evocación de tantos tiempos y recuerdos, no advirtió la visita de la muerte.
—Te daré una prórroga —le dijo ella al verse ignorada por el anciano—, pero recuerda que, a mi regreso, no tendrás tiempo ni para una posdata
El hombre, sin inmutarse, siguió cruzando las avenidas congestionadas por el tráfico del pasado. Los saxofones del ocaso, las liras de glorias vencidas y el vibrar titubeante de un violín en agonía, sonaban una y otra vez, obligándolo a retorcerse en estertores de alegría y de tristeza. No era preciso más; esa era la rúbrica de su última carta a la vida..
Camaleón
—Tal vez no le guste lo que va a ver, señor —dijo el agente de viajes al hombre frente a él—. ¿No prefiere viajar al pasado? Es más agradable recordar los buenos momentos y disfrutar al volver a vivirlos que enfrentarse a lo desconocido e incierto.
—No. Quiero saber cómo voy a morir y, si es posible, evitarlo.
—Lo que usted diga, Recuerde que se lo advertí.
Al cabo de una ardua búsqueda en el futuro, lo único que averiguó fue que moriría en un trágico accidente aéreo. Se prometió que jamás volvería a abordar un avión.
Meses después, un Boeing 747 caía cerca del aeropuerto, justo en el momento cuando él circulaba por ahí en su automóvil rumbo a casa.
***
Estampas de una posdata
Héctor
Desde su cabaña frente al mar, el viejo revolcaba su mirada entre las pinceladas del crepúsculo. Absorto en la evocación de tantos tiempos y recuerdos, no advirtió la visita de la muerte.
—Te daré una prórroga —le dijo ella al verse ignorada por el anciano—, pero recuerda que, a mi regreso, no tendrás tiempo ni para una posdata
El hombre, sin inmutarse, siguió cruzando las avenidas congestionadas por el tráfico del pasado. Los saxofones del ocaso, las liras de glorias vencidas y el vibrar titubeante de un violín en agonía, sonaban una y otra vez, obligándolo a retorcerse en estertores de alegría y de tristeza. No era preciso más; esa era la rúbrica de su última carta a la vida..
Alférez
26 de April de 2022 / 04:40
26 de April de 2022 / 04:40
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