Selección del 8 de marzo
El dinosaurio salado
de Papalotl
Era un tímido dinosaurio que vivía en una enorme cueva cerca de un lago de agua dulce. Se alimentaba de hierbas, de las hojas tiernas de los árboles y de peces en las ocasiones especiales cuando lo visitaba su amigo dragón. Era entonces cuando le pedía que encendiera una fogata para cocinar sus alimentos y calentar un poco de té. Luego, se pasaban largas horas platicando sus aventuras hasta el anochecer, cuando el visitante emprendía el vuelo entre llamadas.
En el verano, un primo lo invitó a pasar unos días en el mar. Le pareció una idea interesante, porque nunca había estado ahí. Preparó sus maletas y partió dejando a su amigo alado al cuidado de la cueva. A los dos días ya estaba de regreso. Extrañado, el dragón le preguntó por qué había regresado tan pronto.
—Todo es culpa de la sal —le respondió— . Ni siquiera pude quitarme la sed cuando llegué, porque el agua estaba salada. Quise comer algo y los peces sabían a sal, al igual que las plantas marinas. Y para colmo, el té me supo a rayos, Finalmente, cuando mi primo me llevó de comer, había preparado un ceviche de pulpo acompañado de galletas saladas y papas fritas... ¡con sal!
El dragón no pudo disimular la risa.
—¿De qué te ríes? ¿Te parece gracioso?
—Es que... ¡acabo de preparar unas deliciosas palomitas!, ¿quieres probarlas?.
de Papalotl
Era un tímido dinosaurio que vivía en una enorme cueva cerca de un lago de agua dulce. Se alimentaba de hierbas, de las hojas tiernas de los árboles y de peces en las ocasiones especiales cuando lo visitaba su amigo dragón. Era entonces cuando le pedía que encendiera una fogata para cocinar sus alimentos y calentar un poco de té. Luego, se pasaban largas horas platicando sus aventuras hasta el anochecer, cuando el visitante emprendía el vuelo entre llamadas.
En el verano, un primo lo invitó a pasar unos días en el mar. Le pareció una idea interesante, porque nunca había estado ahí. Preparó sus maletas y partió dejando a su amigo alado al cuidado de la cueva. A los dos días ya estaba de regreso. Extrañado, el dragón le preguntó por qué había regresado tan pronto.
—Todo es culpa de la sal —le respondió— . Ni siquiera pude quitarme la sed cuando llegué, porque el agua estaba salada. Quise comer algo y los peces sabían a sal, al igual que las plantas marinas. Y para colmo, el té me supo a rayos, Finalmente, cuando mi primo me llevó de comer, había preparado un ceviche de pulpo acompañado de galletas saladas y papas fritas... ¡con sal!
El dragón no pudo disimular la risa.
—¿De qué te ríes? ¿Te parece gracioso?
—Es que... ¡acabo de preparar unas deliciosas palomitas!, ¿quieres probarlas?.
aguila descalza
08 de April de 2022 / 03:00
08 de April de 2022 / 03:00
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