El robot de Rosemary
Orión

Intentaba establecer en el laboratorio una propiedad que permitiese a los robots actuar como humanos y reproducirse como tales. La clonación que intentara, dio resultados poco alentadores: los clones terminaban como copia de los originales, con recuerdos y destino, defectos e ilusiones idénticos, sin autonomía.

Afuera del bunker amainaba la especie humana. Le habían comunicado que la pandemia permanecía mutándose. Los hombres mermaban a grado tal, que la investigadora, angustiada, tuvo que recurrir a los ansiolíticos para continuar con sus experimentos. Enfrentaba el reto más frustrante: dejar descendencia.

Se quedó dormida mientras reflexionaba. Al despertar se tocó el vientre y supo que soñó que viajaba en el tiempo y quedaba encinta de un hermoso mancebo de la antigüedad.

Capítulo II
Posdata

"Tomó, pues, Hombre al robot y lo destinó al Jardín del Edén para que lo cuidase y labrase bajo un solo mandamiento: 'De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio.'"

Cuentan las crónicas que ese día, Hombre enterró a Dios.

Pequeñeces
Simbad

La interfaz para trasladar las funciones cerebrales a un androide estaba lista. Solo era necesario hacer algunos pequeños ajustes, como suprimir la necesidad de comida, de ir al baño y en particular, esa forma tan pintoresca de reproducirse..
Alux
20 de January de 2022 / 10:24
¡A la porra! 20 de January de 2022 / 10:24
Alux
 

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