Selecciones del 16/10 - "Ardiente iniciativa" de Posdata y "La petición" de Regaliz
Ardiente iniciativa - de Posdata
Fuera del insomnio persistente, el nuevo mayordomo contratado por el excéntrico noble apenas conocía algunos aspectos sobre la vida de su patrón. Al advertir que aquel día era su aniversario, entró al dormitorio portando un suculento desayuno servido en bandeja de plata con una cubierta para protegerlo de los insectos. Tras descorrer las gruesas cortinas y mientras el sol inundaba la habitación, a la voz de: "¡Feliz cumpleaños, querido Conde!", de un tirón levantó la tapa del féretro donde pernoctaba Vlad.
La petición - de Regaliz
La invité a cenar afuera. Sugerí un reservado en un restorán de sushi, pero ella prefirió pastas en una cantina ruidosa y atestada de gente. Me resultó imposible crear el clima necesario para hacer mi propuesta. A la hora del postre, me levanté con una excusa y compré bombones. Desenvolví uno, escribí en el reverso del papel plateado la pregunta que venía postergando desde hacía tiempo y lo volví a cerrar. De vuelta en la mesa, y siguiendo la tradición, me hinqué de rodillas y se lo entregué. Había que ver la cara que puso cuando leyó: “¿Qué te parece si nos divorciamos?”.
Fuera del insomnio persistente, el nuevo mayordomo contratado por el excéntrico noble apenas conocía algunos aspectos sobre la vida de su patrón. Al advertir que aquel día era su aniversario, entró al dormitorio portando un suculento desayuno servido en bandeja de plata con una cubierta para protegerlo de los insectos. Tras descorrer las gruesas cortinas y mientras el sol inundaba la habitación, a la voz de: "¡Feliz cumpleaños, querido Conde!", de un tirón levantó la tapa del féretro donde pernoctaba Vlad.
La petición - de Regaliz
La invité a cenar afuera. Sugerí un reservado en un restorán de sushi, pero ella prefirió pastas en una cantina ruidosa y atestada de gente. Me resultó imposible crear el clima necesario para hacer mi propuesta. A la hora del postre, me levanté con una excusa y compré bombones. Desenvolví uno, escribí en el reverso del papel plateado la pregunta que venía postergando desde hacía tiempo y lo volví a cerrar. De vuelta en la mesa, y siguiendo la tradición, me hinqué de rodillas y se lo entregué. Había que ver la cara que puso cuando leyó: “¿Qué te parece si nos divorciamos?”.
José M. Nuévalos
26 de October de 2021 / 12:46
26 de October de 2021 / 12:46
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