En la salud y en la enfermedad
Rudolf

Agotados los recursos de la medicina, la mujer acudió a la curandera sin decirle nada al marido. «Úntale a diario esta poción antes de acostarlo», le dijo la vieja, guiñando un ojo cómplice. Fue mano de santo. Al extender el ungüento en la úlcera, él respondió con una sonrisa y, aunque entre dientes, le dio las gracias. Ya hace más de un mes de aquella primera cura, la pierna presenta un aspecto repulsivo y la gangrena comienza a extenderse por el vientre, pero el carácter del marido se dulcifica día a día. Ayer, azorado como un adolescente, murmuró un «te quiero» involuntario. Ella no olvida las instrucciones de la curandera y aplica el remedio con tesón sobre una superficie cada vez más amplia. Para su sorpresa, empieza a lamentar el próximo fin del marido, condenado a muerte por la peligrosa extensión de sus llagas.


El té de la abuela
Firupa
- Bébelo, te sentirás mejor – ordenó la anciana ofreciendo una taza de té.
- No servirá – contestó con dificultad la joven que estaba en cama
La anciana, molesta, suspiró y volvió a ofrecerla.
-¡Anda, no discutas!
Fastidiada, la joven tomó la taza y se la bebió casi toda.
- Tienes razón, ya no duele…- soltó la joven antes de quedarse profundamente dormida, mientras su cuerpo perdía calor.

Cosas de chicos
Pi
Esguinces, torceduras y desgarres eran frecuentes en la familia. Más aún cuando descubrimos esa agradable sensación de euforia que nos producía beber aquella infusión que la abuela preparaba a base de marihuana.

Bruja Blues
Cero
Ando de lugar en lugar con este circo, ya no hay más saliva de inocentes, mucho menos sangre de virgen. Apenas hay plumas de lechuza (y muy de vez en cuando). Me gano la vida dando paseos en la vieja escoba. Triste acto..
carlos martín briceño
05 de October de 2021 / 22:40
Selecciones de día 17 de Septiembre 05 de October de 2021 / 22:40
carlos martín briceño
 

Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.