Selección del 19 de septiembre (Sustituyendo a Paola Tena)
“Tratar o no tratar” de Calle 4
Después de meses tomando citrato de potasio para los cálculos renales, pensó que algo andaba mal. Decidió probar con nitrato de potasio. Calculó la dosis apropiada y, tan solo unas horas después, las piedras en los riñones eran historia, al igual que él.
“La costurera valiente” de Celecanto
“Maté a siete”, gritaba la joven esgrimiendo la aguja como si fuera un arma. La mujer tenía una vista prodigiosa: cosía ojales, enhebraba agujas sin necesidad de casi luz, pero nadie la tomaba en serio, cuando afirmaba que existían monstruos de seis patas. Aunque a su taller de costura llegaban desconocidos a altas horas de la noche. Para franquear la entrada, bastaba decir: “Yo también los he visto”. Los médicos decían que el prurito era por causas humorales. En cambio, la costurera escarbaba hasta localizarlos bajo los surcos de la piel y extraía uno tras otro. Luego, lavaba la piel del paciente con agua y jabón y le daba una bolsita con azufre que debía mezclarse con manteca de cerdo para untarlo por el cuerpo en la noche. Así mataba todos los huevecillos del bichejo ese, invisible a los ojos de la ciencia, pero que causaba la sarna.
“Por arte de magia” de Pingüino
Los remedios de la abuela eran muy eficaces, aun antes de ser aplicados. Al menor síntoma de gripe, dolor de estómago o cualquier otro padecimiento, sacaba sus frascos del armario y empezaba a prepararlos. La sola idea de tener que ingerir aquellos repugnantes menjunjes nos hacía sanar de inmediato.
“Tercera edad” de Black dot
A la edad de los abuelos es difícil acordarse de los encargos. La abuela, siempre práctica, cree haber encontrado la solución al problema. Nos vamos a atar este hilo rojo en el dedo para acordarnos de las cosas, le dice, y salen a la tienda. Tengo la idea de que no sirve de nada. A diario nos llaman de diferentes lugares para que vayamos a recoger a los amantes desmemoriados..
Después de meses tomando citrato de potasio para los cálculos renales, pensó que algo andaba mal. Decidió probar con nitrato de potasio. Calculó la dosis apropiada y, tan solo unas horas después, las piedras en los riñones eran historia, al igual que él.
“La costurera valiente” de Celecanto
“Maté a siete”, gritaba la joven esgrimiendo la aguja como si fuera un arma. La mujer tenía una vista prodigiosa: cosía ojales, enhebraba agujas sin necesidad de casi luz, pero nadie la tomaba en serio, cuando afirmaba que existían monstruos de seis patas. Aunque a su taller de costura llegaban desconocidos a altas horas de la noche. Para franquear la entrada, bastaba decir: “Yo también los he visto”. Los médicos decían que el prurito era por causas humorales. En cambio, la costurera escarbaba hasta localizarlos bajo los surcos de la piel y extraía uno tras otro. Luego, lavaba la piel del paciente con agua y jabón y le daba una bolsita con azufre que debía mezclarse con manteca de cerdo para untarlo por el cuerpo en la noche. Así mataba todos los huevecillos del bichejo ese, invisible a los ojos de la ciencia, pero que causaba la sarna.
“Por arte de magia” de Pingüino
Los remedios de la abuela eran muy eficaces, aun antes de ser aplicados. Al menor síntoma de gripe, dolor de estómago o cualquier otro padecimiento, sacaba sus frascos del armario y empezaba a prepararlos. La sola idea de tener que ingerir aquellos repugnantes menjunjes nos hacía sanar de inmediato.
“Tercera edad” de Black dot
A la edad de los abuelos es difícil acordarse de los encargos. La abuela, siempre práctica, cree haber encontrado la solución al problema. Nos vamos a atar este hilo rojo en el dedo para acordarnos de las cosas, le dice, y salen a la tienda. Tengo la idea de que no sirve de nada. A diario nos llaman de diferentes lugares para que vayamos a recoger a los amantes desmemoriados..
Julia Ortega
26 de September de 2021 / 02:38
26 de September de 2021 / 02:38
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