MINIFICCIONES FINALISTAS DE JUNIO DE 2021
La Marina de Ficticia
MINIFICCIONES FINALISTAS DE JUNIO DE 2021
Tema: Encuentro con los médicos y la enfermedad
Juez: Chantal Favier, escritora mexicana
Día 1
Tallerista: Carmen Simón
El pequeño gran doctor
Papalotl
Conocía su trabajo como pocos. La única forma de curar a su hermana de aquella enfermedad era aplicándole un par de inyecciones. Sacó su instrumental y procedió conforme a la mejor práctica médica. Después, le regaló un par de caramelos por no haber llorado. Mientras tanto, los padres observaban. Cómo hubieran deseado que la leucemia de Andrea remitiera con esas dosis de amor e inocencia que el pequeño Mauricio le administraba.
***
Padecimientos maritales
Simbad
–Oye, doctor, tu primo y yo tenemos problemas del corazón –dijo la señora Barriga a su médico de cabecera y amigo–. ¿Podrías darnos una consulta?
–Me temo que deberás recurrir a un especialista, Susana, los asuntos sentimentales van más allá de mi experiencia. Soy gastroenterólogo.
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Día 2
Tallerista: Fernando Tamariz
Sin brújula
Pseudónimo
Estaba desorientado y se sentía perdido. Los análisis y estudios que le practicaron no mostraban ninguna afección que recordara. De hecho, todo era nuevo y desconocido para él, desde dónde se encontraba hasta su nombre. Al salir de la consulta en compañía de una mujer que le pareció algo familiar, solo recordaba vagamente el apellido de un médico extranjero que mencionó el neurólogo.
***
Fumador
bebé
Cuando escuché al médico hablar de EPOC, carcinoma, metástasis y otros términos extraños, entré en pánico. Hubiera sido menos devastador que me dijera que tenía cáncer.
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Día 3
Tallerista: Jorge Oropeza
Alto espionaje
Black Dot
En mi oficio uno no se puede dar el lujo de que descubran los mensajes. Nuestra agencia de espías ha contratado médicos para que con su grafía los mensajes secretos no puedan ser revelados antes de llegar a su destinatario. En sagaz contrataque, el enemigo ha contratado boticarios para descifrar los recados.
***
Sin respiro
Pitágoras
No era cualquier agente patógeno el que le causaba esa sensación de asfixia. Era su madre aprensiva y sobreprotectora que, al primer estornudo, le anunciaba que lo llevaría a ver al médico.
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Día 4
Tallerista: Marcial Fernández
En buenas manos
Pi
Mis temores más grandes eran el bisturí y el mal de Parkinson, ambos presentes en aquellas manos debajo de los guantes del cirujano.
***
Doctor trastocado
Black Dot
Debí suponer que la operación era innecesaria. Primero porque la visita era de rutina; segundo, el doctor ordenó anestesia general y, tercero, porque su apellido era Hyde, pero le gustaba que le dijeran Jekyll.
***
Futuro incierto
Isishayo
El diagnóstico del médico era esperanzador, pero el tratamiento sería complicado. Iba a ser necesario recurrir a un arqueólogo para descifrar los jeroglíficos presentes en el papel que me entregó.
***
IMSS
Aplacate
En lo que el médico decide levantar la mirada me distraigo leyendo un gran mural con corazones de terciopelo y frases catastróficas escritas con plumones de colores. Después de un rato, y de encontrar en mí todos los síntomas de la enfermedad silenciosa, el galeno decide dejar su pantalla e interrogarme sobre mi prurito, pero es demasiado tarde, el padecimiento sigiloso, ha cobrado otra víctima.
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Día 5
Tallerista: Daniel Frini
Misión imposible
Gesel van God
No había cura conocida contra esa enfermedad. Inmersos en la miseria, la ignorancia y la superstición, parecía utópico erradicar la estupidez hereditaria de esa familia que proliferaba como hongos por generaciones.
***
Sin huellas del delito
Pingüino
La presencia de su sastre en el quirófano antes de someterse a la cesárea tranquilizó a la mujer. Él se encargaría de hacer un zurcido invisible en la incisión.
***
Teatro de operaciones
Black Dot
La sensación de estar viviendo la misma escena todos los días me tiene enloquecido. Nadie puede operar en su sano juicio después de ver tanta sangre, muerte y dolor. Las secuencias de esta película son repetitivas: primero el sonido del proyectil que corta el viento mientras avanza, las ruinas después del impacto y la explosión, las víctimas que sobreviven abrasadas y mutiladas. Lo peor es escuchar los desgarradores gritos de dolor cuando, inútilmente, trato de deshacer el daño y remiendo partes de unos en otros, cual macabros rompecabezas.
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Día 6
Tallerista: Daniela Truman
Sin bagaje
Black Dot
El doctor, les muestra los noticiosos en la televisión. Las múltiples guerras, las sequías, los abusos humanos, la pandemia... Ellos se internan por voluntad propia. Claro que saben que al entrar al manicomio dejan la locura allá afuera.
***
Su nombre es Juan
Pepe Le Pew
Su destreza para reparar corazones lesionados y enfermos es sorprendente. Solo es equiparable con ese peculiar don que tiene para conquistarlos.
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Día 7
Tallerista: Dolores Díaz A. (“Tequila”) en sustitución de Carlos de Bella (“Sapo”)
DESIERTO
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Día 8
Tallerista: Dolores Díaz A. (“Tequila”)
El hombre de Vitruvio
Pseudónimo
Cuando salió de donde el doctor, se sentía como un hombre nuevo. Una sonrisa de satisfacción apareció en su rostro mientras se estiraba. Su cuerpo ya no era el mismo. El dolor en la espalda que lo hacía encorvarse y las agudas punzadas en las articulaciones habían desaparecido. Sin embargo, no recordaba lo ocurrido después de que el galeno lo recibiera con gran entusiasmo e interés en su caso, excepto haber despertado de lo que le pareció un desmayo acompañado de visiones macabras. Aunque notó cierta rigidez en las piernas, se encaminó hacia el pueblo mientras, en sus intentos por acordarse de lo ocurrido, seguía sorprendido por la habilidad del doctor Frankenstein.
***
Segundas oportunidades
Navegando entre líneas
Tiritando de frío sobre la mesa de exploración, el médico palpa el bulto en uno de mis senos.
—Nos volvemos a ver, doctor. ¿Cuánto ha pasado? ¿Diez, veinte, quince años? Se ve usted muy guapo, como si el tiempo no pasara por usted —bromeo para “romper el hielo''.
En cambio, yo sé que me veo como de dieciocho, que fue cuando me sometí al procedimiento.
—Diecisiete años —me indica y se pasa la mano por el cabello entrecano que no tenía la última vez que nos vimos.
—Me imagino que estoy aquí porque ya hay una solución a mi problema. Deseo tanto ver a mis padres y retomar mis estudios de veterinaria...
—El fármaco no resultó tan bien como en las pruebas iniciales —me interrumpe—. Las demás pacientes se están deteriorando rápidamente. Es mejor que regreses al tanque.
Mi sonrisa, mis sueños y las lágrimas se congelan bajo un baño de nitrógeno líquido que me devuelve a la seguridad de la criogenia, a la espera de una futura cura.
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Día 9
Tallerista: Lucía Casas Rey
DESIERTO
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Día 10
Tallerista: Tomás del Rey
Eminente
Black Dot
De no ser por su predilección por la sangre; sus estudios en una escuela de medicina a distancia; su carencia de respeto por la vida humana; la total falta de empatía para sus pacientes; la manera monosilábica de responder, que quizás se debe al complejo de Dios que siente al ejercer; al pésimo pulso que posee; la deplorable puntualidad que lo caracteriza; la ineptitud de sus movimientos; su completa ignorancia de la anatomía humana y su insana manía de afeitarse en el cuarto de operaciones, se podría decir que es una eminencia en el campo de la medicina.
***
Moneda de cambio
Pitecantropus
Un sencillo bisturí le bastaba. Con uno en la mano era el hábil neurocirujano que tenía tapizada de títulos y diplomas la pared de su consultorio o el esquivo asesino que llenaba las páginas de los diarios. Solo él sabía que una simple moneda era la que tomaba la decisión.
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Día 11
Tallerista: Carlos Bortoni
La sana tartamuda
Edakos
–Co co co… –Llegó a rastras a seguir devorando el cuerpo de su hijo. Con extremidades y lengua autocanibalizadas, fue curada de su adicción a la palabra “comida”.
***
Arte quirúrgico
Pepe Le Pew
Una severa infección requirió de cirugía de reconstrucción facial en la paciente. Antes de la intervención, ella suplicó al cirujano que pusiera el mayor esmero y que imaginara que su madre era quien estaba en la mesa de operaciones. Al hacerlo, el médico creyó no defraudarla: suturó los injertos con ese punto de cruz que tanto le gustaba a su mamá.
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Día 12
Tallerista: José Luis Sandín (“El águila descalza”)
Vagabundo
Serpico
Al enfermar y sentirse débil, buscó ayuda. La vida de perro que había llevado lo hizo encaminar sus pasos al veterinario.
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El desenlace
Pseudónimo
El paciente tenía varios meses en estado vegetativo y el médico no encontraba una forma sencilla de dar la noticia a la familia. Finalmente, anunció que el enfermo había pasado a una nueva fase y que, por desgracia, su condición actual hacía necesario un trasplante, de la cama del hospital a un sitio idóneo para personas en su estado, en el seno de la madre tierra.
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Consulta al aire libre
Black Dot
Para diagnosticar a sus pacientes, de manera indiscutible, ha trazado una línea en la cornisa. Primero los escucha con atención y escribe en su libreta los síntomas. La mayoría no confía mucho en sus métodos, porque los resultados conducen a un solo dictamen. Los que no pueden dudar de su diagnóstico son aquellos que, sin temor ni incertidumbre, cruzan la línea de cal en el piso e intentan volar creyéndose águilas, patos o ángeles y, antes de estrellarse con la sólida realidad del pavimento, se dan cuenta de su locura.
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Injerto
Edakos
Partió simétricamente los cuerpos, desechó las partes enfermas (izquierdas) y unió las partes buenas (no izquierdas). La curada quimera ahora come dando vueltas.
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Día 13:
Tallerista: Laura Elisa Vizcaíno
Triage
P. Razo
Ante una emergencia, marqué el teléfono. Una voz sintética contestó:
–Bienvenido a “Médico particular”. Su llamada es importante para nosotros. Marque cero para escuchar nuestro aviso de privacidad o consúltelo en www.medicoparticular.com. En caso contrario, espere en la línea–. Tras casi un minuto, la grabación continuó:
–Si su dolencia es de la cintura para arriba, seleccione uno, de no ser así, digite dos.
Marqué la primera opción.
–Si se trata del tronco, seleccione uno, dos para la cabeza o tres en brazos y manos.
Sin demora oprimí el dos.
– Digite uno si es en los ojos, dos en la nariz, tres en la boca y cuello, cuatro en los oídos, cinco si es en otra parte.
Seleccioné el tres esperando una rápida respuesta.
–Su problema es bucofaríngeo. Presione uno si es en la dentadura, dos en la lengua, tres en el paladar y cuatro en la tráquea.
El cuatro parecía ser mi salvación.
–Si es ardor marque uno, si le duele, dos; tres si está inflamado, cuatro si tiene dificultad para respirar o tragar y cinco si es una obstrucción.
–¡Agh! –fue lo que me salió antes de dejar de respirar. Oprimí el cinco mientras todo se oscurecía.
–Su caso parece grave y urgente. Le recomiendo acudir al hospital más cercano. Que tenga un excelente día.
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El monstruo del Lago Ness
Simbad
Muchos han puesto en duda su existencia, pero yo lo conocí de cerca. Desde temprana hora, una larga cola delataba su ubicación en aquel rincón perdido, uno de los barrios más deprimidos y violentos de la ciudad. Llegaba todos los días en su viejo Volkswagen a dar consulta médica. Sus diagnósticos eran certeros; los tratamientos eficaces, en tanto que sus honorarios eran mínimos. Con ello se ganó el cariño y respeto de los vecinos del rumbo que dejaron de acudir con los colegas de las cercanías. Su presencia era, sin duda, un peligro desde que instaló su consultorio en un modesto local en la calle de Lago Ness.
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Día 14
Tallerista: Mónica Brasca
La locura y sus aristas
Black Dot
Pocas veces los desquiciados entienden el porqué de su demencia. Los médicos los alientan a tomar pastillas y ellos obedecen porque todo les da igual. No están enfermos —aducen a espaldas de sus doctores— los locos son ellos, que vuelven a la sinrazón del mundo cuando termina su turno en ese paraíso de paredes acolchadas y shocks eléctricos.
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Ambivalencia
Gesel van God
El cirujano dejó a cargo de la operación al asistente con la instrucción de extirpar las amígdalas. Con cierta renuencia, este removió la única que él conocía, ubicada en el cerebro. Aunque el paciente sigue sufriendo de infecciones recurrentes de anginas, al menos perdió el miedo a enfermarse.
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Médico naturista
Pitágoras
No fue buena idea divulgar mi descubrimiento casual de aquella hierba que adormecía y mitigaba el dolor. Primero fui acusado de brujería, pero tan solo unas semanas después, no daba abasto para atender a aquellos que, con padecimientos reales o ficticios, acudían a mí para que se las administrara. Ahora soy perseguido por narcotráfico.
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Médico de a bordo
bebé
Resultaba complicado atender cualquier enfermedad, más aún si era infecciosa, en nuestra nave que viajaba a miles de kilómetros por hora. El aviso de prohibición de enfermarse que adherí al panel de control no surtió efecto. Fue mejor idea sustituir la placa en la escotilla de expulsión de residuos por la de "Consultorio médico". Desde ese día, mis problemas empezaron a desaparecer.
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Día 15
Tallerista: Patricia Mejías
En retrospectiva
Simbad
Durante toda su existencia quiso ser médico sin lograrlo. Practicaba automedicándose. Ahora, en el umbral de una nueva vida, dispone de toda su agonía para lamentarlo.
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Espina bífida
Big Brother
Aquella malformación congénita fue corregida con cirugía meses después de su nacimiento. Creció con normalidad hasta llegar a adulto. Sin embargo, la ciencia nunca pudo contener esa lengua, también bífida, que se desarrolló con el tiempo. La amargura y el estigma hacían que sus palabras fueran ácidas y venenosas.
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Remedio milagroso
Pancho Sanza
Se aplicó aquella costosa vacuna múltiple recomendada por su doctor con la misma esperanza que cuando votó por un candidato que ofrecía resolver todos los males de su país. Al poco tiempo, descubrió la verdad: solo servía para hacer evidentes la inocencia y la estupidez.
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Medicina atroz
Black dot
El médico sale con prisa cargando su maletín. Tan pronto llega a la cita, se da cuenta del deplorable estado de salud de su paciente. Los hijos de este lloran, la esposa sufre acongojada, sin poder retirar la mirada del enfermo. Suplican al galeno que haga algo para terminar con el sufrimiento del aquejado. Saca del cabás un revólver y le descerraja un tiro en la sien al enfermo.
—Ya no sufrirá —dice, con la pistola todavía humeando en su mano.
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Día 16
Tallerista: Josep M. Nuévalos
Pánico posquirúrgico
Mala praxis
¡Mi ojo derecho, el sano, está cubierto con un parche!
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Excelsa caligrafía
Black Dot
Tras doctorarse con Honoris Causa, se sintió inseguro. Había pasado todos los años anteriores perfeccionando sus conocimientos y mejorando tanto su escritura como su cultura en general. Los alumnos lo aborrecían, los Doctores lo denigraban y los pacientes evitaban comprar las medicinas que él recetaba, en notas muy bien escritas y con una hermosa letra de molde.
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Causa y efecto
Isishayo
Algún demonio fugado del infierno, era el responsable de la enfermedad del jefe de la tribu. No había otra explicación para tan alta temperatura y sus delirios. Unas mantas húmedas para cubrirlo, un poco de jugo de la Fruta de la Vida y la invocación a los Buenos Dioses, habrían bastado para salvarlo, si no fuera porque no había frazadas, ni agua. El árbol del fruto milagroso se había secado y las deidades estaban ocupadas protegiendo a los cazadores que perseguían a un mamut. El jerarca murió, en tanto que el médico brujo ya contaba con la justificación que lo exoneraría por el deceso de quien era también su padre. Antes de que llegaran a embalsamarlo, recogió discretamente la araña que le allanó el camino al trono y la arrojó al fuego.
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El viaje
YoYo
Observa una luz y unos personajes de batas blancas que lo miran desde lo alto. Sabe que debe ir en esa dirección donde lo esperan sus seres queridos para darle la bienvenida. Piensa que quizás acabe el dolor, allá afuera. Una dulce voz le dice: “Duerme que todavía no es tu hora”. El ojo rutilante sobre la cabeza se apaga con lo que se cierra el camino a la otra vida.
Tres meses después, se encuentra entre los brazos de la doctora que lo operó en el vientre de su madre.
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Hemiplejia
Serpico
Sintió un gran alivio cuando el médico le informó que su lado izquierdo quedaría paralizado por un tiempo. Era la oportunidad esperada para alejar sospechas. Mientras estuviera así, no podrían acusarlo de ser miembro de aquella impulsiva organización izquierdista radical.
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Día 17
Tallerista: Carlos Martín Briceño
Fiebre del Nilo
Isishayo
A leguas se veía que iba a ser complicado conseguir los medicamentos que le recetó el médico para combatir el virus que causaba la fiebre. Después de varios días de investigación, descubrió que solo un egiptólogo sería capaz de descifrar esos jeroglíficos.
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Autodiagnóstico
Pitecantropus
Estaba convencido de que no era necesario el examen de la vista, pero era un requisito para obtener el empleo. Aunque no acertó a identificar ninguna de las letras que le pusieron enfrente, sabía que no precisaba de las gafas que le prescribieron. Con ellas veía todo borroso y sentía mareos. Lo único de lo que no estaba seguro era si todo aquello tenía algo que ver con su analfabetismo.
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Doctor en Teología
Black Dot
Desesperado, puesto que no había brujo que le durara lo suficiente para curarlo, acudió a un médico.
–Usted no es anémico y solo es invisible ante los espejos, amigo. La única forma de curarlo es enterrándole una estaca en el corazón o que obtenga un indulto de Dios –dictaminó el galeno.
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Una mente brillante
Laffite
La esclerosis lateral amiotrófica le impedía moverse, comer o hablar. Una silla ambulante con motor, equipada con sensores, autonavegación y un sintetizador de voz sería su primera prótesis; después, un exoesqueleto automatizado que controlaría mediante leves movimientos oculares y más tarde, con impulsos nerviosos originados directamente en el cerebro. Finalmente, el desarrollo de nano-robots –pequeñísimos autómatas de tamaño molecular, capaces de hacer reparaciones en las neuronas y nervios dañados– le daría la oportunidad de recuperar la movilidad y su vida anterior. Aquellos portentos de la ciencia médica y la ingeniería solo tenían una desventaja: radicaban en su cabeza, lo único que los médicos creían que aún le funcionaba.
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Medidas cautelares
Big Brother
Convencido de que la diplomacia, la negociación y la democracia, acompañadas de la justicia son mejores alternativas que la guerra y el exterminio entre los hombres, el doctor Orozco cree que también serían eficaces para que bacterias y virus convivan en armonía con la humanidad. Mientras continúa en pláticas a puerta cerrada con sus cultivos en el laboratorio, para conocer más de cerca sus necesidades y demandas, solicitó que le consigan un antigripal, varias vacunas, una caja de pañuelos desechables y diez ampolletas de penicilina.
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Día 18
Tallerista: Elisa Armas
Epidemia en los Cárpatos
Phileas Fogg
Su maletín médico contenía lo usual para atender a los habitantes de aquella región azotada por la rara enfermedad. El estetoscopio, la lámpara de exploración, el baumanómetro, los abatelenguas y las jeringas solo servían para aquellos casos excepcionales en los que la Biblia, el crucifijo y la estaca resultaban inútiles.
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Día 19
Tallerista: Paola Tena
Hipocondríaco
Volkandert
Fue a ver al médico por enésima ocasión, ahora quejándose de pérdida de memoria. Después de haber acudido a un psicólogo y a un psiquiatra para que estudiaran su caso y le ayudaran a superarlo, descubrió que entre tantos padecimientos en su historial, ya no se acordaba de todas las enfermedades que había tenido.
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El cónclave
Serpico
Los médicos, reunidos alrededor del paciente, discutían desde hacía una hora. El cardiólogo subrayaba la urgencia de implantar el bypass coronario antes de intervenir el apéndice a punto de explotar que le preocupaba al gastroenterólogo. Mientras tanto, el neurocirujano insistía en la importancia de atender el aneurisma y el neumólogo en liberar las vías respiratorias que estaban saturadas de flemas. Viendo que no se ponían de acuerdo, el anestesista abandonó el quirófano y fue a buscar un médico forense. Le pidió que acudiera de inmediato como árbitro para esclarecer la causa de la muerte que estaba por ocurrir. Llegado el momento, su dictamen fue contundente: estupidez, por acudir a ese hospital.
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Nueva en el barrio
Marta Hari
Cuando traspasé la puerta, quedé impresionada por la pulcritud de aquel atuendo blanco, su aplomo, el conocimiento de la anatomía y la limpieza de sus cortes. Habría jurado que estaba ante todo un cirujano de no ser porque, a causa de una distracción, había entrado a la nueva carnicería contigua a la clínica médica.
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Empate de ilusiones
Simbad
El médico garantizó que erradicaría el mal de Parkinson que me aquejaba. Tras recuperarme de la costosa intervención quirúrgica y sin mostrar mejora alguna, recibí la factura del galeno, quien admitió que no había sido posible cumplir con lo ofrecido por culpa de mi costumbre de levantarme tarde. Sin decir palabra, tomé la chequera y, con mano temblorosa, le expedí un documento por tres millones de pesos que jamás podría cobrar. La firma era ilegible.
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Rescate
Pseudónimo
Desde que examiné al niño tras su ingreso al hospital supe que se trataba de un caso fuera de lo normal. Su mirada era conmovedora. Los puntos rojos en su piel me hicieron pedir a sus padres que permanecieran en cuarentena, bajo observación. De inmediato llamé a los servicios sociales. Debía admitir que el pequeño tenía ingenio. Los moretones y cicatrices bajo sus ropas delataban un maltrato continuo, pero fue el temor a un posible contagio por esas pústulas falsas que él mismo pintó en su cuerpo las que los llevaron a buscar ayuda.
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Día 20
Tallerista: José T. Espinosa-Jácome (“El último Abencerraje”)
Galileo
Pseudónimo
La futura madre acudió con la partera. Le pidió cerciorarse de que la gestación marchaba bien. Hacía días que no sentía los movimientos del feto en su vientre y estaba preocupada. La comadrona tomó un pedazo de papel, hizo un cono y se puso a escuchar. En aquel momento de suspenso y silencio, sus palabras quedarían grabadas en la mente del que estaba por nacer: “Y sin embargo, se mueve”.
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MINIFICCIONES FINALISTAS DE JUNIO DE 2021
Tema: Encuentro con los médicos y la enfermedad
Juez: Chantal Favier, escritora mexicana
Día 1
Tallerista: Carmen Simón
El pequeño gran doctor
Papalotl
Conocía su trabajo como pocos. La única forma de curar a su hermana de aquella enfermedad era aplicándole un par de inyecciones. Sacó su instrumental y procedió conforme a la mejor práctica médica. Después, le regaló un par de caramelos por no haber llorado. Mientras tanto, los padres observaban. Cómo hubieran deseado que la leucemia de Andrea remitiera con esas dosis de amor e inocencia que el pequeño Mauricio le administraba.
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Padecimientos maritales
Simbad
–Oye, doctor, tu primo y yo tenemos problemas del corazón –dijo la señora Barriga a su médico de cabecera y amigo–. ¿Podrías darnos una consulta?
–Me temo que deberás recurrir a un especialista, Susana, los asuntos sentimentales van más allá de mi experiencia. Soy gastroenterólogo.
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Día 2
Tallerista: Fernando Tamariz
Sin brújula
Pseudónimo
Estaba desorientado y se sentía perdido. Los análisis y estudios que le practicaron no mostraban ninguna afección que recordara. De hecho, todo era nuevo y desconocido para él, desde dónde se encontraba hasta su nombre. Al salir de la consulta en compañía de una mujer que le pareció algo familiar, solo recordaba vagamente el apellido de un médico extranjero que mencionó el neurólogo.
***
Fumador
bebé
Cuando escuché al médico hablar de EPOC, carcinoma, metástasis y otros términos extraños, entré en pánico. Hubiera sido menos devastador que me dijera que tenía cáncer.
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Día 3
Tallerista: Jorge Oropeza
Alto espionaje
Black Dot
En mi oficio uno no se puede dar el lujo de que descubran los mensajes. Nuestra agencia de espías ha contratado médicos para que con su grafía los mensajes secretos no puedan ser revelados antes de llegar a su destinatario. En sagaz contrataque, el enemigo ha contratado boticarios para descifrar los recados.
***
Sin respiro
Pitágoras
No era cualquier agente patógeno el que le causaba esa sensación de asfixia. Era su madre aprensiva y sobreprotectora que, al primer estornudo, le anunciaba que lo llevaría a ver al médico.
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Día 4
Tallerista: Marcial Fernández
En buenas manos
Pi
Mis temores más grandes eran el bisturí y el mal de Parkinson, ambos presentes en aquellas manos debajo de los guantes del cirujano.
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Doctor trastocado
Black Dot
Debí suponer que la operación era innecesaria. Primero porque la visita era de rutina; segundo, el doctor ordenó anestesia general y, tercero, porque su apellido era Hyde, pero le gustaba que le dijeran Jekyll.
***
Futuro incierto
Isishayo
El diagnóstico del médico era esperanzador, pero el tratamiento sería complicado. Iba a ser necesario recurrir a un arqueólogo para descifrar los jeroglíficos presentes en el papel que me entregó.
***
IMSS
Aplacate
En lo que el médico decide levantar la mirada me distraigo leyendo un gran mural con corazones de terciopelo y frases catastróficas escritas con plumones de colores. Después de un rato, y de encontrar en mí todos los síntomas de la enfermedad silenciosa, el galeno decide dejar su pantalla e interrogarme sobre mi prurito, pero es demasiado tarde, el padecimiento sigiloso, ha cobrado otra víctima.
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Día 5
Tallerista: Daniel Frini
Misión imposible
Gesel van God
No había cura conocida contra esa enfermedad. Inmersos en la miseria, la ignorancia y la superstición, parecía utópico erradicar la estupidez hereditaria de esa familia que proliferaba como hongos por generaciones.
***
Sin huellas del delito
Pingüino
La presencia de su sastre en el quirófano antes de someterse a la cesárea tranquilizó a la mujer. Él se encargaría de hacer un zurcido invisible en la incisión.
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Teatro de operaciones
Black Dot
La sensación de estar viviendo la misma escena todos los días me tiene enloquecido. Nadie puede operar en su sano juicio después de ver tanta sangre, muerte y dolor. Las secuencias de esta película son repetitivas: primero el sonido del proyectil que corta el viento mientras avanza, las ruinas después del impacto y la explosión, las víctimas que sobreviven abrasadas y mutiladas. Lo peor es escuchar los desgarradores gritos de dolor cuando, inútilmente, trato de deshacer el daño y remiendo partes de unos en otros, cual macabros rompecabezas.
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Día 6
Tallerista: Daniela Truman
Sin bagaje
Black Dot
El doctor, les muestra los noticiosos en la televisión. Las múltiples guerras, las sequías, los abusos humanos, la pandemia... Ellos se internan por voluntad propia. Claro que saben que al entrar al manicomio dejan la locura allá afuera.
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Su nombre es Juan
Pepe Le Pew
Su destreza para reparar corazones lesionados y enfermos es sorprendente. Solo es equiparable con ese peculiar don que tiene para conquistarlos.
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Día 7
Tallerista: Dolores Díaz A. (“Tequila”) en sustitución de Carlos de Bella (“Sapo”)
DESIERTO
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Día 8
Tallerista: Dolores Díaz A. (“Tequila”)
El hombre de Vitruvio
Pseudónimo
Cuando salió de donde el doctor, se sentía como un hombre nuevo. Una sonrisa de satisfacción apareció en su rostro mientras se estiraba. Su cuerpo ya no era el mismo. El dolor en la espalda que lo hacía encorvarse y las agudas punzadas en las articulaciones habían desaparecido. Sin embargo, no recordaba lo ocurrido después de que el galeno lo recibiera con gran entusiasmo e interés en su caso, excepto haber despertado de lo que le pareció un desmayo acompañado de visiones macabras. Aunque notó cierta rigidez en las piernas, se encaminó hacia el pueblo mientras, en sus intentos por acordarse de lo ocurrido, seguía sorprendido por la habilidad del doctor Frankenstein.
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Segundas oportunidades
Navegando entre líneas
Tiritando de frío sobre la mesa de exploración, el médico palpa el bulto en uno de mis senos.
—Nos volvemos a ver, doctor. ¿Cuánto ha pasado? ¿Diez, veinte, quince años? Se ve usted muy guapo, como si el tiempo no pasara por usted —bromeo para “romper el hielo''.
En cambio, yo sé que me veo como de dieciocho, que fue cuando me sometí al procedimiento.
—Diecisiete años —me indica y se pasa la mano por el cabello entrecano que no tenía la última vez que nos vimos.
—Me imagino que estoy aquí porque ya hay una solución a mi problema. Deseo tanto ver a mis padres y retomar mis estudios de veterinaria...
—El fármaco no resultó tan bien como en las pruebas iniciales —me interrumpe—. Las demás pacientes se están deteriorando rápidamente. Es mejor que regreses al tanque.
Mi sonrisa, mis sueños y las lágrimas se congelan bajo un baño de nitrógeno líquido que me devuelve a la seguridad de la criogenia, a la espera de una futura cura.
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Día 9
Tallerista: Lucía Casas Rey
DESIERTO
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Día 10
Tallerista: Tomás del Rey
Eminente
Black Dot
De no ser por su predilección por la sangre; sus estudios en una escuela de medicina a distancia; su carencia de respeto por la vida humana; la total falta de empatía para sus pacientes; la manera monosilábica de responder, que quizás se debe al complejo de Dios que siente al ejercer; al pésimo pulso que posee; la deplorable puntualidad que lo caracteriza; la ineptitud de sus movimientos; su completa ignorancia de la anatomía humana y su insana manía de afeitarse en el cuarto de operaciones, se podría decir que es una eminencia en el campo de la medicina.
***
Moneda de cambio
Pitecantropus
Un sencillo bisturí le bastaba. Con uno en la mano era el hábil neurocirujano que tenía tapizada de títulos y diplomas la pared de su consultorio o el esquivo asesino que llenaba las páginas de los diarios. Solo él sabía que una simple moneda era la que tomaba la decisión.
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Día 11
Tallerista: Carlos Bortoni
La sana tartamuda
Edakos
–Co co co… –Llegó a rastras a seguir devorando el cuerpo de su hijo. Con extremidades y lengua autocanibalizadas, fue curada de su adicción a la palabra “comida”.
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Arte quirúrgico
Pepe Le Pew
Una severa infección requirió de cirugía de reconstrucción facial en la paciente. Antes de la intervención, ella suplicó al cirujano que pusiera el mayor esmero y que imaginara que su madre era quien estaba en la mesa de operaciones. Al hacerlo, el médico creyó no defraudarla: suturó los injertos con ese punto de cruz que tanto le gustaba a su mamá.
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Día 12
Tallerista: José Luis Sandín (“El águila descalza”)
Vagabundo
Serpico
Al enfermar y sentirse débil, buscó ayuda. La vida de perro que había llevado lo hizo encaminar sus pasos al veterinario.
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El desenlace
Pseudónimo
El paciente tenía varios meses en estado vegetativo y el médico no encontraba una forma sencilla de dar la noticia a la familia. Finalmente, anunció que el enfermo había pasado a una nueva fase y que, por desgracia, su condición actual hacía necesario un trasplante, de la cama del hospital a un sitio idóneo para personas en su estado, en el seno de la madre tierra.
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Consulta al aire libre
Black Dot
Para diagnosticar a sus pacientes, de manera indiscutible, ha trazado una línea en la cornisa. Primero los escucha con atención y escribe en su libreta los síntomas. La mayoría no confía mucho en sus métodos, porque los resultados conducen a un solo dictamen. Los que no pueden dudar de su diagnóstico son aquellos que, sin temor ni incertidumbre, cruzan la línea de cal en el piso e intentan volar creyéndose águilas, patos o ángeles y, antes de estrellarse con la sólida realidad del pavimento, se dan cuenta de su locura.
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Injerto
Edakos
Partió simétricamente los cuerpos, desechó las partes enfermas (izquierdas) y unió las partes buenas (no izquierdas). La curada quimera ahora come dando vueltas.
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Día 13:
Tallerista: Laura Elisa Vizcaíno
Triage
P. Razo
Ante una emergencia, marqué el teléfono. Una voz sintética contestó:
–Bienvenido a “Médico particular”. Su llamada es importante para nosotros. Marque cero para escuchar nuestro aviso de privacidad o consúltelo en www.medicoparticular.com. En caso contrario, espere en la línea–. Tras casi un minuto, la grabación continuó:
–Si su dolencia es de la cintura para arriba, seleccione uno, de no ser así, digite dos.
Marqué la primera opción.
–Si se trata del tronco, seleccione uno, dos para la cabeza o tres en brazos y manos.
Sin demora oprimí el dos.
– Digite uno si es en los ojos, dos en la nariz, tres en la boca y cuello, cuatro en los oídos, cinco si es en otra parte.
Seleccioné el tres esperando una rápida respuesta.
–Su problema es bucofaríngeo. Presione uno si es en la dentadura, dos en la lengua, tres en el paladar y cuatro en la tráquea.
El cuatro parecía ser mi salvación.
–Si es ardor marque uno, si le duele, dos; tres si está inflamado, cuatro si tiene dificultad para respirar o tragar y cinco si es una obstrucción.
–¡Agh! –fue lo que me salió antes de dejar de respirar. Oprimí el cinco mientras todo se oscurecía.
–Su caso parece grave y urgente. Le recomiendo acudir al hospital más cercano. Que tenga un excelente día.
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El monstruo del Lago Ness
Simbad
Muchos han puesto en duda su existencia, pero yo lo conocí de cerca. Desde temprana hora, una larga cola delataba su ubicación en aquel rincón perdido, uno de los barrios más deprimidos y violentos de la ciudad. Llegaba todos los días en su viejo Volkswagen a dar consulta médica. Sus diagnósticos eran certeros; los tratamientos eficaces, en tanto que sus honorarios eran mínimos. Con ello se ganó el cariño y respeto de los vecinos del rumbo que dejaron de acudir con los colegas de las cercanías. Su presencia era, sin duda, un peligro desde que instaló su consultorio en un modesto local en la calle de Lago Ness.
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Día 14
Tallerista: Mónica Brasca
La locura y sus aristas
Black Dot
Pocas veces los desquiciados entienden el porqué de su demencia. Los médicos los alientan a tomar pastillas y ellos obedecen porque todo les da igual. No están enfermos —aducen a espaldas de sus doctores— los locos son ellos, que vuelven a la sinrazón del mundo cuando termina su turno en ese paraíso de paredes acolchadas y shocks eléctricos.
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Ambivalencia
Gesel van God
El cirujano dejó a cargo de la operación al asistente con la instrucción de extirpar las amígdalas. Con cierta renuencia, este removió la única que él conocía, ubicada en el cerebro. Aunque el paciente sigue sufriendo de infecciones recurrentes de anginas, al menos perdió el miedo a enfermarse.
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Médico naturista
Pitágoras
No fue buena idea divulgar mi descubrimiento casual de aquella hierba que adormecía y mitigaba el dolor. Primero fui acusado de brujería, pero tan solo unas semanas después, no daba abasto para atender a aquellos que, con padecimientos reales o ficticios, acudían a mí para que se las administrara. Ahora soy perseguido por narcotráfico.
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Médico de a bordo
bebé
Resultaba complicado atender cualquier enfermedad, más aún si era infecciosa, en nuestra nave que viajaba a miles de kilómetros por hora. El aviso de prohibición de enfermarse que adherí al panel de control no surtió efecto. Fue mejor idea sustituir la placa en la escotilla de expulsión de residuos por la de "Consultorio médico". Desde ese día, mis problemas empezaron a desaparecer.
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Día 15
Tallerista: Patricia Mejías
En retrospectiva
Simbad
Durante toda su existencia quiso ser médico sin lograrlo. Practicaba automedicándose. Ahora, en el umbral de una nueva vida, dispone de toda su agonía para lamentarlo.
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Espina bífida
Big Brother
Aquella malformación congénita fue corregida con cirugía meses después de su nacimiento. Creció con normalidad hasta llegar a adulto. Sin embargo, la ciencia nunca pudo contener esa lengua, también bífida, que se desarrolló con el tiempo. La amargura y el estigma hacían que sus palabras fueran ácidas y venenosas.
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Remedio milagroso
Pancho Sanza
Se aplicó aquella costosa vacuna múltiple recomendada por su doctor con la misma esperanza que cuando votó por un candidato que ofrecía resolver todos los males de su país. Al poco tiempo, descubrió la verdad: solo servía para hacer evidentes la inocencia y la estupidez.
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Medicina atroz
Black dot
El médico sale con prisa cargando su maletín. Tan pronto llega a la cita, se da cuenta del deplorable estado de salud de su paciente. Los hijos de este lloran, la esposa sufre acongojada, sin poder retirar la mirada del enfermo. Suplican al galeno que haga algo para terminar con el sufrimiento del aquejado. Saca del cabás un revólver y le descerraja un tiro en la sien al enfermo.
—Ya no sufrirá —dice, con la pistola todavía humeando en su mano.
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Día 16
Tallerista: Josep M. Nuévalos
Pánico posquirúrgico
Mala praxis
¡Mi ojo derecho, el sano, está cubierto con un parche!
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Excelsa caligrafía
Black Dot
Tras doctorarse con Honoris Causa, se sintió inseguro. Había pasado todos los años anteriores perfeccionando sus conocimientos y mejorando tanto su escritura como su cultura en general. Los alumnos lo aborrecían, los Doctores lo denigraban y los pacientes evitaban comprar las medicinas que él recetaba, en notas muy bien escritas y con una hermosa letra de molde.
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Causa y efecto
Isishayo
Algún demonio fugado del infierno, era el responsable de la enfermedad del jefe de la tribu. No había otra explicación para tan alta temperatura y sus delirios. Unas mantas húmedas para cubrirlo, un poco de jugo de la Fruta de la Vida y la invocación a los Buenos Dioses, habrían bastado para salvarlo, si no fuera porque no había frazadas, ni agua. El árbol del fruto milagroso se había secado y las deidades estaban ocupadas protegiendo a los cazadores que perseguían a un mamut. El jerarca murió, en tanto que el médico brujo ya contaba con la justificación que lo exoneraría por el deceso de quien era también su padre. Antes de que llegaran a embalsamarlo, recogió discretamente la araña que le allanó el camino al trono y la arrojó al fuego.
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El viaje
YoYo
Observa una luz y unos personajes de batas blancas que lo miran desde lo alto. Sabe que debe ir en esa dirección donde lo esperan sus seres queridos para darle la bienvenida. Piensa que quizás acabe el dolor, allá afuera. Una dulce voz le dice: “Duerme que todavía no es tu hora”. El ojo rutilante sobre la cabeza se apaga con lo que se cierra el camino a la otra vida.
Tres meses después, se encuentra entre los brazos de la doctora que lo operó en el vientre de su madre.
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Hemiplejia
Serpico
Sintió un gran alivio cuando el médico le informó que su lado izquierdo quedaría paralizado por un tiempo. Era la oportunidad esperada para alejar sospechas. Mientras estuviera así, no podrían acusarlo de ser miembro de aquella impulsiva organización izquierdista radical.
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Día 17
Tallerista: Carlos Martín Briceño
Fiebre del Nilo
Isishayo
A leguas se veía que iba a ser complicado conseguir los medicamentos que le recetó el médico para combatir el virus que causaba la fiebre. Después de varios días de investigación, descubrió que solo un egiptólogo sería capaz de descifrar esos jeroglíficos.
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Autodiagnóstico
Pitecantropus
Estaba convencido de que no era necesario el examen de la vista, pero era un requisito para obtener el empleo. Aunque no acertó a identificar ninguna de las letras que le pusieron enfrente, sabía que no precisaba de las gafas que le prescribieron. Con ellas veía todo borroso y sentía mareos. Lo único de lo que no estaba seguro era si todo aquello tenía algo que ver con su analfabetismo.
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Doctor en Teología
Black Dot
Desesperado, puesto que no había brujo que le durara lo suficiente para curarlo, acudió a un médico.
–Usted no es anémico y solo es invisible ante los espejos, amigo. La única forma de curarlo es enterrándole una estaca en el corazón o que obtenga un indulto de Dios –dictaminó el galeno.
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Una mente brillante
Laffite
La esclerosis lateral amiotrófica le impedía moverse, comer o hablar. Una silla ambulante con motor, equipada con sensores, autonavegación y un sintetizador de voz sería su primera prótesis; después, un exoesqueleto automatizado que controlaría mediante leves movimientos oculares y más tarde, con impulsos nerviosos originados directamente en el cerebro. Finalmente, el desarrollo de nano-robots –pequeñísimos autómatas de tamaño molecular, capaces de hacer reparaciones en las neuronas y nervios dañados– le daría la oportunidad de recuperar la movilidad y su vida anterior. Aquellos portentos de la ciencia médica y la ingeniería solo tenían una desventaja: radicaban en su cabeza, lo único que los médicos creían que aún le funcionaba.
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Medidas cautelares
Big Brother
Convencido de que la diplomacia, la negociación y la democracia, acompañadas de la justicia son mejores alternativas que la guerra y el exterminio entre los hombres, el doctor Orozco cree que también serían eficaces para que bacterias y virus convivan en armonía con la humanidad. Mientras continúa en pláticas a puerta cerrada con sus cultivos en el laboratorio, para conocer más de cerca sus necesidades y demandas, solicitó que le consigan un antigripal, varias vacunas, una caja de pañuelos desechables y diez ampolletas de penicilina.
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Día 18
Tallerista: Elisa Armas
Epidemia en los Cárpatos
Phileas Fogg
Su maletín médico contenía lo usual para atender a los habitantes de aquella región azotada por la rara enfermedad. El estetoscopio, la lámpara de exploración, el baumanómetro, los abatelenguas y las jeringas solo servían para aquellos casos excepcionales en los que la Biblia, el crucifijo y la estaca resultaban inútiles.
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Día 19
Tallerista: Paola Tena
Hipocondríaco
Volkandert
Fue a ver al médico por enésima ocasión, ahora quejándose de pérdida de memoria. Después de haber acudido a un psicólogo y a un psiquiatra para que estudiaran su caso y le ayudaran a superarlo, descubrió que entre tantos padecimientos en su historial, ya no se acordaba de todas las enfermedades que había tenido.
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El cónclave
Serpico
Los médicos, reunidos alrededor del paciente, discutían desde hacía una hora. El cardiólogo subrayaba la urgencia de implantar el bypass coronario antes de intervenir el apéndice a punto de explotar que le preocupaba al gastroenterólogo. Mientras tanto, el neurocirujano insistía en la importancia de atender el aneurisma y el neumólogo en liberar las vías respiratorias que estaban saturadas de flemas. Viendo que no se ponían de acuerdo, el anestesista abandonó el quirófano y fue a buscar un médico forense. Le pidió que acudiera de inmediato como árbitro para esclarecer la causa de la muerte que estaba por ocurrir. Llegado el momento, su dictamen fue contundente: estupidez, por acudir a ese hospital.
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Nueva en el barrio
Marta Hari
Cuando traspasé la puerta, quedé impresionada por la pulcritud de aquel atuendo blanco, su aplomo, el conocimiento de la anatomía y la limpieza de sus cortes. Habría jurado que estaba ante todo un cirujano de no ser porque, a causa de una distracción, había entrado a la nueva carnicería contigua a la clínica médica.
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Empate de ilusiones
Simbad
El médico garantizó que erradicaría el mal de Parkinson que me aquejaba. Tras recuperarme de la costosa intervención quirúrgica y sin mostrar mejora alguna, recibí la factura del galeno, quien admitió que no había sido posible cumplir con lo ofrecido por culpa de mi costumbre de levantarme tarde. Sin decir palabra, tomé la chequera y, con mano temblorosa, le expedí un documento por tres millones de pesos que jamás podría cobrar. La firma era ilegible.
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Rescate
Pseudónimo
Desde que examiné al niño tras su ingreso al hospital supe que se trataba de un caso fuera de lo normal. Su mirada era conmovedora. Los puntos rojos en su piel me hicieron pedir a sus padres que permanecieran en cuarentena, bajo observación. De inmediato llamé a los servicios sociales. Debía admitir que el pequeño tenía ingenio. Los moretones y cicatrices bajo sus ropas delataban un maltrato continuo, pero fue el temor a un posible contagio por esas pústulas falsas que él mismo pintó en su cuerpo las que los llevaron a buscar ayuda.
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Día 20
Tallerista: José T. Espinosa-Jácome (“El último Abencerraje”)
Galileo
Pseudónimo
La futura madre acudió con la partera. Le pidió cerciorarse de que la gestación marchaba bien. Hacía días que no sentía los movimientos del feto en su vientre y estaba preocupada. La comadrona tomó un pedazo de papel, hizo un cono y se puso a escuchar. En aquel momento de suspenso y silencio, sus palabras quedarían grabadas en la mente del que estaba por nacer: “Y sin embargo, se mueve”.
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Coordinación de La Marina 2020.
10 de July de 2021 / 10:19
10 de July de 2021 / 10:19
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