UNA FAMILIA COMO CUALQUIER OTRA, por Merita
Es triste admitirlo, sí, pero sucede en las mejores familias: cuando el abuelo murió nos peleamos como perros y gatos por la herencia. Y como siempre pasa, al final nadie queda del todo satisfecho con el reparto. Mis primos heredaron su intolerancia a la lactosa; a mi madre le tocó su calvicie y los pelos en las orejas, que por lo menos compensa con su talento para los negocios; tía Eulogia consiguió su fabulosa capacidad de predecir el clima con dos días de anticipación según lo hinchado de las rodillas. Yo soy el único que no se queja: tengo sus ojos, que guardo amorosamente en un frasquito debajo de mi almohada.

SUMA CERO por Pi
Habría deseado heredar la facilidad de mi padre para hacer dinero y no tanto la de mamá para gastarlo en vestidos, pelucas, zapatos y chucherías, pero las leyes de Mendel son traicioneras. El cuerpo espectacular que me fue otorgado me permite lograr lo primero y me exige lo segundo. Entretanto, solo quedan las huellas de los años..
Marcial Fernández
25 de May de 2021 / 13:22
Selección día 4 25 de May de 2021 / 13:22
Marcial Fernández
 

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