Y con ustedes: “El asesinato de la realidad”, en su versión de los ganadores seleccionados por nuestro juez del mes de enero, Leandro Hidalgo:
Y con ustedes: “El asesinato de la realidad”, en su versión de los ganadores seleccionados por nuestro juez del mes de enero, Leandro Hidalgo:
Primer lugar
Los Trapecistas
Black Dot
Para salir hay que recorrer una cuerda fina hecha de plata liquida. Hay que equilibrar el cuerpo y avanzar a paso firme sin que el nerviosismo nos traicione. Muchos han logrado recorrer la distancia sin ningún contratiempo; son hijos de la practicidad y de la cordura. Otros nunca quieren iniciar el trayecto, esperan de pie, expectantes, hasta el día en que se convierten en polvo y vuelven a la tierra. Otros, los que imaginamos que hay del otro lado, preferimos llegar al centro y cortar la línea, esa tenue hebra plateada que alimenta a la realidad, pero que al desplomarse nos manda de lleno a la locura.
Tallerista: Paola Tena
Este es un texto lleno de lirismo, de connotaciones sociales, es un texto salvaje en un punto. Caminar las cornisas y las orillas. Por eso, al fin es mi texto ganador. Me recuerda, claro, al iluso y los incrédulos de Shua, o a los dos bandos del ángel gris en Buenos Aires, y de algún modo también a lo que siempre se está hablando en el Quijote de Cervantes.
Me parece una hazaña ya cruzar la cuerda, cortarla a propósito una verdadera locura, pero hay pobres que no pueden dar ni un solo paso. Cada una de las instancias hace que nos detengamos a pensarlas. Creo que el texto trata de la vida, de confiar o morir. Aunque la muerte dentro de los parámetros de aquel desplome no sea una verdadera amenaza. La realidad está presente como condición, como marco desde donde la hebra plateada brillará. Tomá tu camino, como premisa.
Esa cuerda parece estar tensada por lo que vemos, pero al fin los pasos, las animadas, son propias. Yo puedo caminar sobre esos rayos, yo puedo caminar por esa cuerda de plata. Yo puedo saltar. Yo puedo ver. O yo me quedo acá. Todas formas múltiples de la condición humana.
Segundo lugar
Una historia sin fin
Pitecantropus
El telón se abrió y dio inicio la representación de esa obra compleja. El desempeño del elenco dejaba mucho que desear a juicio de la audiencia. Solo le quedaba admitir que no había otra opción que seguir viéndola o saltar a escena y asumir los papeles de los actores. Algunos lo hicieron y todo volvió a comenzar. Durante su actuación, penosa también, los demás concluimos que solo podíamos encogernos de hombros y continuar como espectadores o tomar por asalto el escenario y sustituir a quienes estaban ahí. Convencidos de que lo haríamos mejor, no transcurrió mucho tiempo para enterarnos de la realidad mientras la turba pedía a gritos nuestras cabezas.
Tallerista: Paola Tena
Aun cuando el título ofrezca demasiada información, y en la primera línea siga sin empezar el cuento, creo que esa cosa circular de su desarrollo es verdaderamente asfixiante para el lector, y eso tiene un gran mérito.
Hay muchos textos así en este género brevísimo, con esa lógica de lo infinito, de lo circular, pero este texto en particular se afirma los vaivenes políticos, sus cambios, sus transformaciones, y eso lo vuelve más general, más abarcativo. Recuerda que hay un estamento siempre vigilado, para ofrecerse como víctima y victimario al mismo tiempo, al ocupar el lugar de poder, el de la representación, para ejercerlo hasta el último suspiro.
Creo es un texto sociológico que no conoce fronteras, sino que se dan como naturales en los escenarios sociopolíticos por todos conocidos, de todos los países.
Tercer lugar
Fin del cuento
Pitágoras
Cada vez que le informaban del asesinato de la realidad contestaba a sus colaboradores que esa no era noticia, por ser algo del dominio público. Añadía que un verdadero periodista debería adelantarse a los hechos, y remataba diciendo que estaría dispuesto a ceder su lugar al que le informara de quién, cómo y cuándo ocurriría. La última llamada de un reportero fue breve:
–Siguiendo sus enseñanzas, jefe, le reporto que, por lo que veo, se trata de unos terroristas, en un avión que se dirige directamente al edificio del diario. Debería aterrizar en unos treinta segundos. Hasta aquí mi reporte, por el momento.
Tallerista: Daniela Truman
Es un buen cuento que no está del todo resuelto. No se ajusta a la consigna, más bien ese corset devela su imposición, lamentablemente, pero el cuento es muy bueno, resalta, tiene humo vencedor. Su problema es el revestimiento. Sin la premisa del asesinato de lo real, el texto funcionaría espectacular. Me gustó mucho. La serenidad del llamado, lo trágico de lo que va a sucederles, el oficio del periodista, como lo llama mi “jefe”. Aun las torres gemelas forman parte de nuestra idiosincrasia occidental. Acá funciona muy tremendo esa memoria colectiva, atada a los centros del poder..
Primer lugar
Los Trapecistas
Black Dot
Para salir hay que recorrer una cuerda fina hecha de plata liquida. Hay que equilibrar el cuerpo y avanzar a paso firme sin que el nerviosismo nos traicione. Muchos han logrado recorrer la distancia sin ningún contratiempo; son hijos de la practicidad y de la cordura. Otros nunca quieren iniciar el trayecto, esperan de pie, expectantes, hasta el día en que se convierten en polvo y vuelven a la tierra. Otros, los que imaginamos que hay del otro lado, preferimos llegar al centro y cortar la línea, esa tenue hebra plateada que alimenta a la realidad, pero que al desplomarse nos manda de lleno a la locura.
Tallerista: Paola Tena
Este es un texto lleno de lirismo, de connotaciones sociales, es un texto salvaje en un punto. Caminar las cornisas y las orillas. Por eso, al fin es mi texto ganador. Me recuerda, claro, al iluso y los incrédulos de Shua, o a los dos bandos del ángel gris en Buenos Aires, y de algún modo también a lo que siempre se está hablando en el Quijote de Cervantes.
Me parece una hazaña ya cruzar la cuerda, cortarla a propósito una verdadera locura, pero hay pobres que no pueden dar ni un solo paso. Cada una de las instancias hace que nos detengamos a pensarlas. Creo que el texto trata de la vida, de confiar o morir. Aunque la muerte dentro de los parámetros de aquel desplome no sea una verdadera amenaza. La realidad está presente como condición, como marco desde donde la hebra plateada brillará. Tomá tu camino, como premisa.
Esa cuerda parece estar tensada por lo que vemos, pero al fin los pasos, las animadas, son propias. Yo puedo caminar sobre esos rayos, yo puedo caminar por esa cuerda de plata. Yo puedo saltar. Yo puedo ver. O yo me quedo acá. Todas formas múltiples de la condición humana.
Segundo lugar
Una historia sin fin
Pitecantropus
El telón se abrió y dio inicio la representación de esa obra compleja. El desempeño del elenco dejaba mucho que desear a juicio de la audiencia. Solo le quedaba admitir que no había otra opción que seguir viéndola o saltar a escena y asumir los papeles de los actores. Algunos lo hicieron y todo volvió a comenzar. Durante su actuación, penosa también, los demás concluimos que solo podíamos encogernos de hombros y continuar como espectadores o tomar por asalto el escenario y sustituir a quienes estaban ahí. Convencidos de que lo haríamos mejor, no transcurrió mucho tiempo para enterarnos de la realidad mientras la turba pedía a gritos nuestras cabezas.
Tallerista: Paola Tena
Aun cuando el título ofrezca demasiada información, y en la primera línea siga sin empezar el cuento, creo que esa cosa circular de su desarrollo es verdaderamente asfixiante para el lector, y eso tiene un gran mérito.
Hay muchos textos así en este género brevísimo, con esa lógica de lo infinito, de lo circular, pero este texto en particular se afirma los vaivenes políticos, sus cambios, sus transformaciones, y eso lo vuelve más general, más abarcativo. Recuerda que hay un estamento siempre vigilado, para ofrecerse como víctima y victimario al mismo tiempo, al ocupar el lugar de poder, el de la representación, para ejercerlo hasta el último suspiro.
Creo es un texto sociológico que no conoce fronteras, sino que se dan como naturales en los escenarios sociopolíticos por todos conocidos, de todos los países.
Tercer lugar
Fin del cuento
Pitágoras
Cada vez que le informaban del asesinato de la realidad contestaba a sus colaboradores que esa no era noticia, por ser algo del dominio público. Añadía que un verdadero periodista debería adelantarse a los hechos, y remataba diciendo que estaría dispuesto a ceder su lugar al que le informara de quién, cómo y cuándo ocurriría. La última llamada de un reportero fue breve:
–Siguiendo sus enseñanzas, jefe, le reporto que, por lo que veo, se trata de unos terroristas, en un avión que se dirige directamente al edificio del diario. Debería aterrizar en unos treinta segundos. Hasta aquí mi reporte, por el momento.
Tallerista: Daniela Truman
Es un buen cuento que no está del todo resuelto. No se ajusta a la consigna, más bien ese corset devela su imposición, lamentablemente, pero el cuento es muy bueno, resalta, tiene humo vencedor. Su problema es el revestimiento. Sin la premisa del asesinato de lo real, el texto funcionaría espectacular. Me gustó mucho. La serenidad del llamado, lo trágico de lo que va a sucederles, el oficio del periodista, como lo llama mi “jefe”. Aun las torres gemelas forman parte de nuestra idiosincrasia occidental. Acá funciona muy tremendo esa memoria colectiva, atada a los centros del poder..
Coordinación de La Marina 2020
05 de March de 2021 / 11:03
05 de March de 2021 / 11:03
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