Venganza - de Celecanto

Con alambres, le dio forma a la planta. Creció hasta adquirir formas de mujer. El tallo se fusionó en dos pares de apretadas piernas y, durante el desarrollo del tronco, brotaron un par de senos de madera. Tuvo terror cuando, al pasar la mano sobre el cuerpo del árbol, sintió placer. Y se sintió atraído hacia el centro de feminidad, cubierto por musgo, del que brotó savia cuando él lo penetró antes de que talaran su masculinidad.
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El tiempo no siempre es dinero - de Humo Blanco

Cogió la talega con monedas, hizo un agujero y la enterró. Todos los días iba a regar y a ver su progreso. Se emocionó cuando brotó un tallo y la primera hoja. Poco a poco su esperanza crecía conforme el árbol ganaba altura y su decepción fue tan grande como aquella, al ver que producía unos ridículos e insípidos frutos que no valían nada. Entendió la lección. Había invertido tiempo esperando fortuna, y cosechó la experiencia de haberlo perdido miserablemente.

De las monedas nunca supo más. El hermoso árbol las cuidaba, bajo sus raíces, como un temible Can Cerbero a las puertas del infierno. Tan fiero e insoportable como su vida, desde que sus padres se enteraron que desapareció la talega.
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Revelación - de Simbad

Sentado al pie de aquel árbol, estudiaba mientras sus pensamientos seguían otros derroteros. Al recordar la caída de la célebre manzana que revolucionaría la Física, llegó a la misma conclusión que Borges: los árboles son hermosos, pero hay que tenerles un poco de miedo. Suelen también ser albergue de aves de mal agüero, que tienen la costumbre de llenar de excremento la cabeza.
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Visión nocturna - de Pi

Comandados por el General Sherman, tomaron por sorpresa al enemigo. La batalla fue cruenta y las bajas cuantiosas. Al disiparse la bruma y el humo, vio cómo miles de aquellos esclavos que habían sido explotados sin misericordia por generaciones, celebraban su emancipación entre los escombros y cadáveres. En una noche que parecía eterna, sequoias, pinos, abetos y robles danzaban alegremente junto a encinos, araucarias, cedros y cipreses alrededor de una enorme pira. Al amanecer, el leñador juró que no volvería a cortar siquiera una flor. Era imposible olvidar las imágenes y el olor de aquellos troncos y extremidades humanas consumiéndose en el fuego.
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Huasteca Hidalguense - de Black Dot

Cuando el ejército descubrió lo útiles que pueden ser los árboles en esta región; lo altos y fuertes que llegan a crecer, la manera en que sus hojas y los troncos suprimen los gemidos por la tortura, cambiaron su apreciación por ellos. Hicieron pruebas de resistencia y seleccionaron al huizache, porqué puede soportar buen peso. Ya no cavan fosas clandestinas, es un trabajo que no sirve para meter miedo. Ahora cuelgan a los campesinos de las ramas más gruesas y los abandonan. Frutos que nunca llegan a madurar y que solo vuelven a tocar el suelo cuando se han podrido, como sus reclamos.
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José M. Nuévalos
03 de March de 2021 / 16:58
Seleccionadas del día 16 de Febrero 03 de March de 2021 / 16:58
José M. Nuévalos
 

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