Supremacía blanca
Cuando el hombre llegó apresurado y sudoroso al quirófano, empezaba el alumbramiento de uno de sus hijos. Había conducido casi mil kilómetros para estar ahí y quedó horrorizado al ver emerger un bulto oscuro y sanguinolento, bañado en un líquido viscoso, con un cordón enredado al cuello. Su pulso se aceleró y pensó en lo peor. Por su cabeza cruzaron toda clase de emociones encontradas mientras miraba fijamente al bebé. Su esposa era blanca, él también y no había antecedentes de mezcla racial en ninguna de las dos familias. Recordó sus constantes viajes y ausencias por motivos laborales. Su mente se obnubiló, y con evidente irritación y profiriendo maldiciones, quiso increpar en ese momento a su mujer, pero fue interceptado por una enfermera, quien le dijo:

–Antes de acercarse y decir palabra, póngase esta bata, los guantes, el cubrebocas y quítese esas horrendas gafas para el sol. Oscurecen el entendimiento.
Isishayo

Leviatán
Después de semanas de tensión y preparativos, por fin llegaba el momento de enfrentar al monstruo cara a cara. El futuro de la humanidad dependía de poner fin a sus atrocidades y acabar con él. Los daños dejados a su paso y la memoria de sus tantas víctimas lo exigían. Como era de esperarse, la batalla duró varios días y el fragor de la lucha convirtió las voces en gritos, agitó mar y tierra, y tras las nubes de polvo que se levantaron, surgieron victoriosas la razón y la cordura sobre la criatura que, desde la mansión de fachada blanca donde agoniza, se niega a aceptar la derrota, alegando que fue víctima de fraude.
Pi.
carlos martín briceño
01 de December de 2020 / 19:37
Selección del día 17 de Noviembre 01 de December de 2020 / 19:37
carlos martín briceño
 

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