MINIFICCIONES FINALISTAS DE SEPTIEMBRE DE 2020
La Marina de Ficticia
MINIFICCIONES FINALISTAS DE SEPTIEMBRE DE 2020
Tema: Mala costumbre
Día 1
Tallerista: Carmen Simón
Kalígula
Céneca
Tenía la mala costumbre de sospechar que moriría envenenado. Por tal motivo, previamente daba a comer de sus alimentos al minino. La última vez, mientras bebía su aperitivo, pudo ver a la mascota caer bajo la mesa. De inmediato, se atragantó con la comida para cumplir cabalmente con su destino.
***
Justicia civil
Black Dot
—¡Sí, señor juez!, porque hacía ruido al comer, se embutía la boca. Y se jactaba de eructar el abecedario griego, luego de beber agua. Y esa maldita maña de comer con las manos. Desquiciado, saqué la pistola y puse un final terminante a sus inmundas costumbres. Condenable, dice usted, no hay duda, ¡pero menos que soportar tanta incivilidad!
***
Extravíos
bebé
El hábito de no apartar la vista de la pantalla de su celular se volvió parte de su vida. Aquel aparato de superficie tan vistosa y animada fue su ventana al mundo. Y también su ruina. El día en que perdió el teléfono, quedó ciego, sordo y mudo.
***
El despertar
Pepe Le Pew
Se chupaba el dedo, se mordía las uñas y embarraba los mocos en cualquier sitio. Lo pensó varias veces cuando recibió la noticia. Convencido, y tras un gesto heroico de fuerza de voluntad, se deshizo de esos hábitos. No podía permitir que su hijo por nacer siguiera sus pasos. Él tendría que encontrar los suyos.
***
El ojo en el cielo
Simbad
Recibía críticas constantes de su familia en aquel remoto sitio a donde había migrado tiempo antes. Desde millones de kilómetros de distancia, entre otros asuntos más, sus padres le reprochaban haberse unido a esa especie de secta secreta y la mala costumbre de dormir de día y vivir de noche. Sin reparar en las consecuencias, al día siguiente, el roce del primer rayo solar del esplendoroso amanecer en Mercurio fue más que suficiente para aniquilarlo.
***
Confesiones ateas
Enigmática
Porque no era día laboral y el traje de domingo estaba sin usar, nos hacían ir a misa. Con el tiempo, nos consagramos a Dios, por siempre jamás.
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Día 2
Tallerista: Fernando Tamariz
Apego
Serpico
Papá tenía la costumbre de guardar todo aquello que pudiera repararse o serle útil como repuesto más adelante. Tras su muerte, era preciso deshacerse de equipos de radio, televisores, cámaras, computadoras, impresoras y accesorios que, junto con pedazos de lámina, alambres, tubos, tornillos, tuercas, bisagras y baterías, llenaban anaqueles y cajas en su pequeño taller equipado con herramientas de todo tipo. Al cabo de dos días, lo más sorprendente fue descubrir un congelador entre aquellos trebejos, con los restos perfectamente clasificados y envueltos de sus padres y mi madre.
***
Secretos de familia
Pseudónimo
Como era costumbre en la familia López de la Rueda y Gómez, el primogénito del primer hijo varón se llamaría José Everardo. El apellido materno era irrelevante y por tanto no debería aparecer en los registros, según la usanza de aquella estirpe de rancio abolengo que se remonta al siglo XVII, cuando se plantó en la Nueva España la semilla del que sería un exuberante árbol genealógico. Sin embargo, aquella tradición se vería trastocada por la ciencia moderna. El recién nacido no era hijo de quien se decía su padre, que a su vez no era descendiente del abuelo, en quien tampoco corría sangre del bisabuelo. El frondoso árbol quedó reducido a un modesto arbusto, cuando el análisis del ADN sacó a la luz esta otra costumbre ancestral.
***
Crónicas del futuro
Lafitte
Afirmaba que tenía la costumbre de soñar despierto y que en sus libros reflejaba sus visiones. Nadie le creía, hasta que se publicó su obra póstuma. Entregada al editor dos semanas antes de su muerte, la obra narra con detalle y precisión su propio suicidio.
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Día 3
Tallerista: Jorge Oropeza
Voluptatem Abusu
Black Dot
—La masturbación practicada en privado no tiene nada de escandaloso. Nadie comete un crimen con el simple hecho de hacerse una paja. Es, al contrario, algo saludable y delicioso consentir al miembro viril con una buena labor manual. Hay los que tienen problemas de índole moral ante está costumbre. Les han enseñado en algún lugar que la chaqueta no es buena y su conciencia no los deja en paz. Existen también los que abusan de ella y buscan cualquier momento para autogratificarse; se convierten en adictos, esclavos de las secreciones. Viven dedicados a la estimulación del hipotálamo, a producir el gozo momentáneo. En este caso contamos con un pobre hombre, que pasó de la simple manipulación de pene en privado al degenere en la vía pública.
—Note, sargento, que los asesinos lo agarraron con las manos en la masa.
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El monstruo de mil cabezas
Simbad
Reunido con representantes de todos los ámbitos y sectores del mundo, el líder habló de cómo combatir esa costumbre que azota a la humanidad. Al terminar, externó:
–Quienes aprueben mi propuesta, pónganse de pie. Si merece su aplauso, ruego que lo hagan solo quienes que no hayan cometido algún acto que pueda significar corrupción en alguna de sus múltiples facetas.
Entre vítores y murmullos, casi todos los asistentes se pararon. Unos lo hicieron con entusiasmo y otros de mala gana. En cuanto a los aplausos, enmudecieron.
Así fue como evidenció ante la audiencia que no sería fácil descabezar al monstruo.
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Reflejo condicionado
Big Brother
–Arrodíllate –le dijo el sacerdote frente a ella antes de darle la bendición.
Obedeció y de inmediato le bajó la cremallera del pantalón y empezó a hurgar dentro.
–Pero hija, ¿qué haces?
–Disculpe, padre. Es la costumbre.
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Día 4
Tallerista: Marcial Fernández
Fumador
Humo blanco
Prometió que ni muerto dejaría la costumbre exhalar esas volutas de humo que le producían placer. Desde que empezó a fumar, cuando era socialmente aceptable, las restricciones se hicieron cada vez mayores. Primero en la oficina, luego en aviones, hoteles, restaurantes, bares y, por último, en su propia casa, cuando la esposa se lo prohibió. Y cumplió su promesa. Esa tarde, grandes espirales de humo ascendían desde el patio trasero después de que se autoinmoló en formal protesta.
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La otra cara
bebé
Tenía la costumbre de mirarse desnudo por horas frente al espejo. Su esposa decidió jugarle una broma. Sustituyó el espejo por una pantalla de vídeo conectada a una cámara colocada a sus espaldas. Ese día conoció su cara oculta.
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Cuestión de lenguaje
Pseudónimo
Acostumbrada a guiar su vida por lo que le revelaba la baraja española, probó suerte con la inglesa. Todo fue confusión, caos y, al cabo de varios intentos, no entendió nada. Siempre tuvo problemas con el inglés.
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Día 5
Tallerista: Daniel Frini
Sabores prohibidos
Serpico
El uso de sal fue causa de problemas cardíacos. El azúcar, que añade al café y al pan, le provocó diabetes. Las carnes rojas y la cerveza le acarrearon altos niveles de ácido úrico. Ni hablar de frituras y golosinas. Por recomendación médica introdujo cambios en su dieta, bajó de peso, hizo ejercicio y se volvió menos sedentario. Su vida se transformó. Ahora es un muerto viviente que, privado de aquello que disfrutaba, tiene costumbres muy buenas y sanas.
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Mañoso
Black Dot
El chico es así. La madre no le ha enseñado a respetar las casas ajenas. Tan pronto irrumpe se dedica recorrer y descubrir habitaciones, abre puertas cerradas, cierra las abiertas. No hay cajón que se le resista ni joya a la que le haga el feo. Habría que denunciarlo a la policía, pero nunca deja testigos.
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La astilla del palo
Pitágoras
El dictador solía eliminar a sus adversarios políticos mediante dudosos accidentes viales y aéreos, robos y asaltos violentos o envenenamientos disfrazados de enfermedades repentinas. Aquello terminó cuando, misteriosamente, rodó por las escaleras, al día siguiente de que la idea de sucederlo cruzara por la mente de su hijo de seis años.
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La gran guerra
Volkandert
Toda la vida luché contra mis malas costumbres. Cuando logré vencerlas, aquella se desdibujó.
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Día 6
Tallerista: Daniela Truman
DESIERTO
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Día 7
Tallerista: Sapo
La rueda de la fortuna
Pseudónimo
Se sabe delincuente y pecador, por su costumbre de enamorar mujeres, traficar con ellas y someterlas a esclavitud sexual. Sus culpas las expía mediante generosas aportaciones a la comunidad y limosnas a la iglesia, que entrega al alcalde y al párroco respectivamente, figuras notables que tienen la buena costumbre de visitar con frecuencia el lupanar que regentea.
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CCM (Complemento Circunstancial de Modo)
Gata Blues
Cuando distinguió el mal del bien, perdió las formas.
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Crimen y castigo
Serpico
Las malas costumbres que tenía desde niño eran corregidas oportunamente por las de sus padres: golpes, azotes, aislamiento y hambre. La efectividad del entrenamiento para la vida adulta, permite que ahora él soporte los maltratos y el encierro en la cárcel, consecuencia de ese doble asesinato que lo llevó a la orfandad.
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Día 8
Tallerista: Tequila
En el limbo
Pseudónimo
Sobrecargar su currículum con títulos, cursos y publicaciones era una costumbre. Como resultado, sus posibles empleadores pensaban que se trataba de alguien con un perfil superior a lo requerido. Tras meses sin encontrar empleo, se suicidó en varias ocasiones. En cada una fue extraditado con vida desde el más allá, sin explicaciones. En el cielo no acostumbraban recibir mentirosos y en el infierno, tanta virtud no tenía cabida.
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Día 9
Tallerista: Lucía Casas Rey
Visiones del pasado
bebé
Era inexplicable que la costumbre de ver elefantes voladores hubiera vuelto. Se había regenerado; el alcohol ya era cosa del pasado y no consumía drogas. Siempre aparecían escondidos entre mariposas y abejas gigantes o detrás de enormes libélulas y otros colosales bichos con alas. Se encogió de hombros y, mientras un escalofrío recorría su cuerpo, empujó la palanca que hacía funcionar la enorme rueda, más alta que la montaña rusa del parque de diversiones donde laboraba.
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Día 10
Tallerista: Tomás del Rey
Elegancia y buenos modales
Pseudónimo
El vestido y calzado aunados al bolso Louis Vuitton, sombrero y anteojos oscuros, le dan un aire aristocrático. Roba miradas y piropos, el aliento y más de un corazón a quienes se cruzan a su paso por la calle. En un descuido también les sustrae la cartera y el celular. Como compensación, tiene por costumbre devolver siempre el cambio exacto: una sonrisa inolvidable.
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El ilustrado
Telares
Para la entrevista que concedió al diario local posó de traje y corbata —pulgares en las sisas del chaleco— al lado de su biblioteca privada, la más ecléctica y completa de la ciudad. Como corresponde, publicó la nota en sus redes. Desde entonces, los estantes se fueron vaciando cuando parientes, amigos y conocidos empezaron a hacer cola en la puerta de su casa para reclamarle los libros prestados hacía años.
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A la medida
Black Dot
Sus mentiras ocasionaban desastres.
—La economía del país marcha sobre ruedas. Estamos a punto de acabar con la miseria —dijo.
Muchos perdieron sus empleos y los pobres empezaron a morirse de hambre.
Lo movieron a otra posición.
—Nuestro sistema de salud es de los mejores del mundo —exclamó orgulloso.
Y casi nos aniquilan las epidemias.
Finalmente lo volvieron a mudar a un sitio más apropiado. Ahora nos da el clima. Y cuando dice que habrá sol, llueve como si fuera el último diluvio.
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Día 11
Tallerista: Carlos Bortoni
Al tú por tú
Isishayo
Boris solía hablar de forma áspera y altanera en ese idioma incomprensible para imponerse a los demás. En su cabeza persistían el trauma y el recuerdo de los maltratos cuando fue prisionero de extranjeros. Ahora era su turno con los recién llegados por la frontera. Cierto día, no entendió ni tuvo tiempo para ponerse a salvo de la respuesta airada de una compatriota rusa que, perturbada por sus gritos, tartamudeaba frente a él: la legendaria AK-47.
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Maldición
Pitecantropus
La pereza es la única mala costumbre sobre la que se siente capaz de escribir. La conoce de sobra. Se decide, abre un cuaderno y empuña la pluma; se talla los ojos. Pensativo, apoya la cabeza en la otra mano mientras emerge un bostezo que parece nacer en las profundidades de los pies y se alarga como el río Amazonas hasta salir, caudaloso, por su boca. Después de un rato, reacciona; mira de soslayo el reloj y recapacita. Será mejor ir a la cama.
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El gusto por la bebida
Serpico
El trasplante de bazo, donado por los padres de un niño, le impuso nuevas condiciones. Sus costumbres deberán cambiar y solo podrá beber refrescos y aguas de frutas. En cuanto al alcohol, es preciso esperar a cuando sea mayor
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El Testadura
Black Dot
Desde que tiene memoria es así; ¡no hay razón que lo convenza! No puede ser mesurado y lo sabe. No importa que su interlocutor le hable con cortesía él tiene que levantar la voz. Y, si sus vociferaciones son respondidas con ironía, entonces saca la navaja o la pistola y amenaza con derramar sangre. Hemos intentado decirle que debe ser mesurado. Le regalamos un manual de civilidad. ¡total fracaso!
—Los hombres como yo no tienen cabida en esta sociedad pusilánime —dice a gritos cuando se siente excluido.
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Día 12
Tallerista: El águila descalza
La despedida
Pseudónimo
Su capacidad para atravesar puertas y paredes causa desconcierto entre su familia. No han logrado asimilar aún que, al citarlo, la nueva destreza desmiente la materialidad a la que estaban acostumbrados.
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Los usos y costumbres de las malas lenguas
Gata Blues
De ahí le viene dado, porque va de boca en boca y tira un dardo cuando le toca.
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Día 13:
Tallerista: Laura Elisa Vizcaíno
La historia de siempre
Isishayo
La frustración por el encierro, la falta de empleo y las políticas públicas erráticas transitaron de la zozobra a la protesta popular. La gente salió a la calle y, como es costumbre, hubo muertos y heridos en los enfrenamientos con la policía. Según la costumbre del gobierno, se prometieron cambios, además de investigar y castigar a los culpables que, como también es costumbre, jamás fueron llevados a juicio.
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Entre bromas
Frío Lento
Tenía la costumbre de jugar bromas pesadas. La última vez que lo hizo, se alejó hasta una barranca cercana y tras revolcarse en la tierra, se vertió pintura roja en la cabeza, llamó por el teléfono móvil pidiendo ayuda a sus amigos y tomó un somnífero para fingir estar muerto. Al encontrarlo y percatarse de su estado, procedieron según lo que exigían las circunstancias. Luego de rezarle un Padre Nuestro, recibió cristiana sepultura.
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Día 14
Tallerista: Mónica Brasca
Un hombre ejemplar
Rosel
La madre comentaba a familiares y amigos con verdadera gratitud: “Farid es el mejor tío del mundo, nos ayudó cuando murió mi esposo, con los gastos de la casa y en lo que nos hace falta. No suele cobrar ni sacar nada en cara, es maravilloso”. Las hijas escuchaban siempre en silencio. Después de muchos años, la madre descubrió que su cuñado sí se cobraba todo. Sus niñas eran la moneda de cambio.
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De la cumbre a la sima
Simbad
Aventurero por naturaleza y arqueólogo por formación, era reconocido por sus notables logros. Su prestigio aumentó gracias a un documental filmado durante las excavaciones que realizaba con su equipo en la selva. En él fueron evidentes la experiencia y el vasto conocimiento de las culturas antiguas que tenía aquel explorador quien, en ropa de campaña y con sus implementos, explicaba con detalle la técnica aplicada en los trabajos.
Meses después volvió a ser noticia, cuando fue encontrado aún con vida tras una semana entre las ruinas de una joya colonial derribada por un fuerte sismo. Días más tarde, el Museo Nacional anunció el hallazgo de un enorme acervo de piezas prehispánicas, descubierto durante su rescate en el patio principal, los pasillos y las habitaciones de esa antigua casona donde habitaba, y de la que también se había apropiado tiempo atrás.
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Cosas de familia
Melón
En el transcurso de la cuarentena, ciertos hábitos de la familia cobraron nuevo sentido. Entendí que papá no se pasa el día navegando en Internet, sino que se capacita y se informa para estar al día. Mamá no habla a todas horas con su madre y sus amigas: mantiene la comunicación social. Mi hermano mayor no pierde el tiempo en videojuegos: desarrolla sus capacidades en la era digital. Mi hermana fomenta las buenas relaciones con la comunidad al encontrarse a oscuras con el vecino casado. La única costumbre que aun no comprendo es qué demonios hace el novio de mi hermana cuando se cuela en las noches por la ventana de su recámara. Quizá no me queda claro porque él todavía no es de la familia.
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Día 15
Tallerista: Patricia Mejías
El arte de la paz
Gesel van God
Los enfrentamientos de la pareja eran frecuentes, hasta que ella encontró la solución en las prácticas orientales. Ataviada con un discreto kimono, solía esperar a que él llegara iracundo y agitado mientras, sentada en posición de flor de loto, admiraba su nuevo bonsai. Sin exabruptos, le daba la bienvenida en japonés y, tras la tradicional reverencia, respondía a los insultos con sus herramientas de karate y llaves de jiu-jitsu.
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Las malas lenguas
Black dot
Aunque Martha iniciaba las murmuraciones y metía cizaña, se fingía ofendida y digna para evitar represalias.
—Sonia se acuesta con el marido de la del nueve —eso dijo la maldita y se corrió la voz.
El esposo aludido se jactó de la mentira.
—¡Esta muy buena la hembra esa! —presumía.
Sonia no se ocultó, avergonzada, como las otras. ¡Sacaba el carácter bravo siempre, no se dejaba! Azotó la cabezota de la otra en el cemento.
—Yo no dije nada, te lo juro — fue lo último que pudo expresar la Martha.
Muerta en el patio de la vecindad, ahora sí que iban a intrigar por muchos días.
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Optimismo
Humo blanco
Su costumbre por ver siempre las cosas de otro color, le ocasionó el accidente. Al llegar a la intersección, la luz del semáforo estaba en rojo.
Vuelta a la manzana
Pitágoras
Eso, que nadie sabe si es un pasatiempo, diversión u oficio, ha sido la causa de grandes infortunios en la familia.
Todo empezó por aquel penoso episodio que narra un viejo libro, cuando esa criatura rastrera convenció en el jardín a mamá de seguirle el juego y dar la vuelta para conocer el otro lado, de morder el anzuelo y luego, que le ofreciera una probada a quien sería nuestro padre.
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Tal para cual
Simbad
Él solía enviar flores y regalarle joyas en retribución a sus favores. Cuando ella descubrió que eran falsas, una sonrisa de satisfacción afloró en su rostro y el remordimiento por lo que le había mostrado semanas antes, desapareció. También era ficticio el resultado negativo del examen de VIH.
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Día 16
Tallerista: Josep M. Nuévalos
Los viejos tiempos
Simbad
Refugiado en tangos y boleros casi olvidados que encubrían al silencio de aquel bar semivacío, se fundía con el mobiliario, como otra víctima colateral del tiempo. Sentado en la barra frente a un libro, nostálgico, con su copa en la mano vacilante, se lamentaba con el cantinero.
–De algunos años para acá, como pasa con las viejas amistades, su ausencia nos confunde y nos hace dudar y se les extraña, ¿no le parece así, amigo?
–¿A qué o a quién se refiere? –replicó aquel, desconcertado.
–A los amigos y a las tildes, por supuesto. Mire alrededor y lea este libro. Se fueron, nos han abandonado. Ya no se dejan ver, ni acostumbran estar donde antes. Creo que nos alcanzó el futuro.
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Big Brother
Pseudónimo
Sospechar de todos se ha vuelto una obsesión. En su paranoia, asimila y divulga teorías conspirativas que hablan del control de la humanidad mediante vacunas, tapabocas o sensores térmicos infrarrojos, el HAARP o la tecnología 5G. Sostiene que así mantiene su independencia y conserva su libertad mientras –atrapado en las redes sociales– envía y recibe mensajes y vídeos que se inspiran en esas ideas y rigen su comportamiento. Para demostrar que tiene razón, lleva una semana interceptando los mensajes de aquellos vecinos, cuyos hábitos le hacen suponer que son parte de una secta satánica o reptilianos disfrazados.
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Que me parta un rayo si mient...
Black Dot
¡Tzzzbroom!
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El principio de Peter
Serpico
Experto y riguroso en su trabajo, Roberto aprovechaba cualquier oportunidad para escalar en su profesión. Era más que un hábito. Lo había hecho desde joven, hasta que llegó a alcanzar el nivel más alto posible: el de la incompetencia absoluta.
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Día 17
Tallerista: Carlos Martín Briceño
De mal a peor
Gesel Van God
La costumbre ancestral de vender a las hijas casaderas como si fueran gallinas, quedaría prohibida en aquel pueblo remoto con la nueva ley. A partir de su entrada en vigor, las núbiles deberán ser tratadas con más dignidad y expenderse de acuerdo a su peso, como las frutas.
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Predicar con el ejemplo
Telares
Era toda una aventura salir con el abuelo a pasear los sábados por la mañana. Desayunábamos en el bar de la esquina y después nos íbamos a alguna feria. Lo que más nos gustaba era el mercado de pulgas. Con paciencia me enseñó a distinguir las antigüedades valiosas de las baratijas. Y también a detectar a los puesteros más distraídos, esconder rápido el trofeo en los bolsillos de su chaqueta cazadora y desaparecer entre la gente, separados, si era necesario. Dondequiera que esté, debe estar orgulloso de verme convertido en un profesional de las salideras bancarias.
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El lado izquierdo de la cama
Pseudónimo
–Que declare el acusado –ordenó el juez.
–No lo hice con mala fe, su señoría. Usted bien sabe que, en el pueblo, las diferencias y los oprobios se dirimen a balazos.
–Lo sé, pero usted cometió un flagrante asesinato. ¿Cómo se declara? –exclamó el magistrado.
–Yo no fui quien la mató, señor juez, ni mi pistola o la bala, que iba dirigida al cabrón de mi compadre, sino la puta costumbre de mi mujer de estar siempre en el lugar y momento equivocados.
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En alas de la fantasía
Bebé
En su sueño, circulaba a doscientos kilómetros por hora cuando apareció un camión atravesado en la autopista. Instantes después, emergían alas de su espalda y volaba para evitarlo. Al reconstruir los hechos, todo fue más claro. El accidente no fue por culpa de la velocidad, sino por soñar despierto. Voló en pedazos con todo y motocicleta hasta el mismo infierno, donde ya llevan tres días intentando armar el rompecabezas.
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De la A a la Z
Frío lento
Después de un largo interrogatorio confesó su culpabilidad: seguía y acechaba a sus víctimas hasta atraparlas en sus propias redes. Al aprehenderlo le fueron decomisadas veintiséis armas mayúsculas, otras tantas minúsculas y varios accesorios. Con este arsenal de letras y símbolos, más unas cuantas fotografías y videos, solía extorsionar a sus víctimas hasta destruir sus vidas en las redes sociales.
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Los desconfiados
Black Dot
A Pedro le gustaba tanto embelesar la verdad que las personas no soportaban oír sus patrañas. Los jóvenes se reían de sus embustes. Los viejos lo tachaban de chapucero y las chicas, al verlo venir, se alejaban para no tener que soportarlo. Los señores, al contrario, le platicaban chismes a sabiendas de que cuando él los contara no resistiría la engañifa.
Un día que un incendio empezaba a rodear el pueblo trato de advertir a los habitantes.
De todos los incrédulos no quedaron sino cenizas.
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Día 18
Tallerista: Elisa de Armas
Los bucles de la abuela
Serpico
La necedad de su padre de que usara falda para ir a la escuela a pesar del frío despertó su rebeldía. Luego fueron las discusiones para que le permitiera seguir sus estudios. Más tarde, las miradas de desprecio y el acoso de sus compañeros –la mayoría varones– en la Facultad de Leyes, a lo que ella supo responder con una tesis sobre los derechos de la mujer que mereció honores. La canallada de su arresto por organizar una huelga en busca del voto femenino y su paso por una cárcel infame son recuerdos muy vívidos, como también el día que conoció al abuelo en una reunión de activistas de izquierda. Esos y otros acontecimientos de su vida eran tan claros y persistentes en ella como su costumbre de olvidar las veces que los había contado y, sentada en la mecedora, repetir sus relatos al día siguiente.
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Anhelo
La Ausente
A la hora de la siesta, aprovechábamos que nuestras madres dormían para adentrarnos en el bosque. La aventura comenzaba al pasar el sendero de los robles. El follaje se iba apretujando y los rayos de sol apenas esclarecían el camino mientras el aroma de los eucaliptos nos embriagaba. De repente nos estremecía el graznido de algún chimango que parecía acompañar el trayecto. Recorríamos los atajos con expectativa y, entre risas entrecortadas, nuestra audacia de púberes se desvanecía al encontrar un hurón muerto o una comadreja despanzurrada. Es allí que nuestros pasos se volvían precavidos porque tal vez detrás de ese árbol...
Nunca lo llegamos a ver. Nunca nos topamos con él.
En ocasiones camino la ciudad apresurada rumbo a mis actividades diarias. Las veredas pobladas de muchedumbre urgida y seria me devuelven mi imagen. Busco entonces una plazoleta espesa, de árboles fragantes y habitados por muchos pájaros, donde se manifiesta pleno ese aroma a infancia. Respiro profundo, disminuyo el ritmo porque comienza en mí a revelarse el deseo de encontrarme a la vuelta de la esquina con una sombra lustrosa y peluda.
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Día 19
Tallerista: Fernando Pérez-Cárdenas
DESIERTO
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Día 20
Tallerista: El último Abencerraje
En la granja
Lafitte
Todos los días, el canto del gallo anunciaba el inicio de una azarosa jornada más. Cuando el ave murió, la vida cambió. Por fin podían levantarse tarde, dormir la siesta y tomar las cosas con calma. Ya no había quien acostumbrara perseguir a los indefensos gusanos por todo el corral para alimentarse.
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El hijo de Dior
bebé
Emplear tapabocas durante la pandemia le parecía una práctica inútil. Justificaba su negativa a usarlo con argumentos absurdos, como el demérito de su imagen o ver coartada su libertad de expresión. Además de organizar reuniones concurridas con sus seguidores y asistir a fiestas sin tomar precauciones, solía jactarse de su inmunidad al virus por ser el elegido quien, según lo profetizado, ascendería a los cielos entre coros angelicales después de su muerte.
Semanas más tarde se cumplía el vaticinio. Una sutil columna de humo, con olor a carne asada, se elevaba –entre el ruido de autos, motocicletas y camiones– sobre la ciudad de Los Ángeles.
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En busca de la virtud
Volkandert
–Maestro, ¿mentir es una mala costumbre?
–Es un pecado, hijo. Lo mismo que robar.
–¿Y tomar venganza?
–También.
–¿Ser avaro?
–Otro pecado y un defecto de carácter.
–¿Drogarse?
–Un vicio.
–¿Discriminar por razones de raza, religión o sexo?
–Son prejuicios.
–¿Y ser malvado o comportarse mal?
–Aspectos de carácter y personalidad.
–Entonces, ¿qué es una mala costumbre?
–Pecar, prejuzgar, tener vicios, conductas o aspectos nocivos del carácter que, practicados en forma repetitiva, afecten negativamente al individuo, al prójimo, a la sociedad, o a la naturaleza.
–¿Qué más?
–Hacer tantas preguntas.
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Idolatría
Pseudónimo
Cuando se enteró de que el enemigo cometía atrocidades con quienes llevaban su cultura –bienestar y progreso–, a aquellos territorios inhóspitos, le hirvió la sangre. No podía concebir que hubiese alguien capaz de sacrificar a otros seres humanos por la razón que fuera. Convencido de sus ideales, se embarcó hasta esas tierras, para participar en la noble tarea de eliminar tal escoria de la faz de la tierra en nombre del único dios verdadero: el dólar..
MINIFICCIONES FINALISTAS DE SEPTIEMBRE DE 2020
Tema: Mala costumbre
Día 1
Tallerista: Carmen Simón
Kalígula
Céneca
Tenía la mala costumbre de sospechar que moriría envenenado. Por tal motivo, previamente daba a comer de sus alimentos al minino. La última vez, mientras bebía su aperitivo, pudo ver a la mascota caer bajo la mesa. De inmediato, se atragantó con la comida para cumplir cabalmente con su destino.
***
Justicia civil
Black Dot
—¡Sí, señor juez!, porque hacía ruido al comer, se embutía la boca. Y se jactaba de eructar el abecedario griego, luego de beber agua. Y esa maldita maña de comer con las manos. Desquiciado, saqué la pistola y puse un final terminante a sus inmundas costumbres. Condenable, dice usted, no hay duda, ¡pero menos que soportar tanta incivilidad!
***
Extravíos
bebé
El hábito de no apartar la vista de la pantalla de su celular se volvió parte de su vida. Aquel aparato de superficie tan vistosa y animada fue su ventana al mundo. Y también su ruina. El día en que perdió el teléfono, quedó ciego, sordo y mudo.
***
El despertar
Pepe Le Pew
Se chupaba el dedo, se mordía las uñas y embarraba los mocos en cualquier sitio. Lo pensó varias veces cuando recibió la noticia. Convencido, y tras un gesto heroico de fuerza de voluntad, se deshizo de esos hábitos. No podía permitir que su hijo por nacer siguiera sus pasos. Él tendría que encontrar los suyos.
***
El ojo en el cielo
Simbad
Recibía críticas constantes de su familia en aquel remoto sitio a donde había migrado tiempo antes. Desde millones de kilómetros de distancia, entre otros asuntos más, sus padres le reprochaban haberse unido a esa especie de secta secreta y la mala costumbre de dormir de día y vivir de noche. Sin reparar en las consecuencias, al día siguiente, el roce del primer rayo solar del esplendoroso amanecer en Mercurio fue más que suficiente para aniquilarlo.
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Confesiones ateas
Enigmática
Porque no era día laboral y el traje de domingo estaba sin usar, nos hacían ir a misa. Con el tiempo, nos consagramos a Dios, por siempre jamás.
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Día 2
Tallerista: Fernando Tamariz
Apego
Serpico
Papá tenía la costumbre de guardar todo aquello que pudiera repararse o serle útil como repuesto más adelante. Tras su muerte, era preciso deshacerse de equipos de radio, televisores, cámaras, computadoras, impresoras y accesorios que, junto con pedazos de lámina, alambres, tubos, tornillos, tuercas, bisagras y baterías, llenaban anaqueles y cajas en su pequeño taller equipado con herramientas de todo tipo. Al cabo de dos días, lo más sorprendente fue descubrir un congelador entre aquellos trebejos, con los restos perfectamente clasificados y envueltos de sus padres y mi madre.
***
Secretos de familia
Pseudónimo
Como era costumbre en la familia López de la Rueda y Gómez, el primogénito del primer hijo varón se llamaría José Everardo. El apellido materno era irrelevante y por tanto no debería aparecer en los registros, según la usanza de aquella estirpe de rancio abolengo que se remonta al siglo XVII, cuando se plantó en la Nueva España la semilla del que sería un exuberante árbol genealógico. Sin embargo, aquella tradición se vería trastocada por la ciencia moderna. El recién nacido no era hijo de quien se decía su padre, que a su vez no era descendiente del abuelo, en quien tampoco corría sangre del bisabuelo. El frondoso árbol quedó reducido a un modesto arbusto, cuando el análisis del ADN sacó a la luz esta otra costumbre ancestral.
***
Crónicas del futuro
Lafitte
Afirmaba que tenía la costumbre de soñar despierto y que en sus libros reflejaba sus visiones. Nadie le creía, hasta que se publicó su obra póstuma. Entregada al editor dos semanas antes de su muerte, la obra narra con detalle y precisión su propio suicidio.
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Día 3
Tallerista: Jorge Oropeza
Voluptatem Abusu
Black Dot
—La masturbación practicada en privado no tiene nada de escandaloso. Nadie comete un crimen con el simple hecho de hacerse una paja. Es, al contrario, algo saludable y delicioso consentir al miembro viril con una buena labor manual. Hay los que tienen problemas de índole moral ante está costumbre. Les han enseñado en algún lugar que la chaqueta no es buena y su conciencia no los deja en paz. Existen también los que abusan de ella y buscan cualquier momento para autogratificarse; se convierten en adictos, esclavos de las secreciones. Viven dedicados a la estimulación del hipotálamo, a producir el gozo momentáneo. En este caso contamos con un pobre hombre, que pasó de la simple manipulación de pene en privado al degenere en la vía pública.
—Note, sargento, que los asesinos lo agarraron con las manos en la masa.
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El monstruo de mil cabezas
Simbad
Reunido con representantes de todos los ámbitos y sectores del mundo, el líder habló de cómo combatir esa costumbre que azota a la humanidad. Al terminar, externó:
–Quienes aprueben mi propuesta, pónganse de pie. Si merece su aplauso, ruego que lo hagan solo quienes que no hayan cometido algún acto que pueda significar corrupción en alguna de sus múltiples facetas.
Entre vítores y murmullos, casi todos los asistentes se pararon. Unos lo hicieron con entusiasmo y otros de mala gana. En cuanto a los aplausos, enmudecieron.
Así fue como evidenció ante la audiencia que no sería fácil descabezar al monstruo.
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Reflejo condicionado
Big Brother
–Arrodíllate –le dijo el sacerdote frente a ella antes de darle la bendición.
Obedeció y de inmediato le bajó la cremallera del pantalón y empezó a hurgar dentro.
–Pero hija, ¿qué haces?
–Disculpe, padre. Es la costumbre.
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Día 4
Tallerista: Marcial Fernández
Fumador
Humo blanco
Prometió que ni muerto dejaría la costumbre exhalar esas volutas de humo que le producían placer. Desde que empezó a fumar, cuando era socialmente aceptable, las restricciones se hicieron cada vez mayores. Primero en la oficina, luego en aviones, hoteles, restaurantes, bares y, por último, en su propia casa, cuando la esposa se lo prohibió. Y cumplió su promesa. Esa tarde, grandes espirales de humo ascendían desde el patio trasero después de que se autoinmoló en formal protesta.
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La otra cara
bebé
Tenía la costumbre de mirarse desnudo por horas frente al espejo. Su esposa decidió jugarle una broma. Sustituyó el espejo por una pantalla de vídeo conectada a una cámara colocada a sus espaldas. Ese día conoció su cara oculta.
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Cuestión de lenguaje
Pseudónimo
Acostumbrada a guiar su vida por lo que le revelaba la baraja española, probó suerte con la inglesa. Todo fue confusión, caos y, al cabo de varios intentos, no entendió nada. Siempre tuvo problemas con el inglés.
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Día 5
Tallerista: Daniel Frini
Sabores prohibidos
Serpico
El uso de sal fue causa de problemas cardíacos. El azúcar, que añade al café y al pan, le provocó diabetes. Las carnes rojas y la cerveza le acarrearon altos niveles de ácido úrico. Ni hablar de frituras y golosinas. Por recomendación médica introdujo cambios en su dieta, bajó de peso, hizo ejercicio y se volvió menos sedentario. Su vida se transformó. Ahora es un muerto viviente que, privado de aquello que disfrutaba, tiene costumbres muy buenas y sanas.
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Mañoso
Black Dot
El chico es así. La madre no le ha enseñado a respetar las casas ajenas. Tan pronto irrumpe se dedica recorrer y descubrir habitaciones, abre puertas cerradas, cierra las abiertas. No hay cajón que se le resista ni joya a la que le haga el feo. Habría que denunciarlo a la policía, pero nunca deja testigos.
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La astilla del palo
Pitágoras
El dictador solía eliminar a sus adversarios políticos mediante dudosos accidentes viales y aéreos, robos y asaltos violentos o envenenamientos disfrazados de enfermedades repentinas. Aquello terminó cuando, misteriosamente, rodó por las escaleras, al día siguiente de que la idea de sucederlo cruzara por la mente de su hijo de seis años.
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La gran guerra
Volkandert
Toda la vida luché contra mis malas costumbres. Cuando logré vencerlas, aquella se desdibujó.
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Día 6
Tallerista: Daniela Truman
DESIERTO
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Día 7
Tallerista: Sapo
La rueda de la fortuna
Pseudónimo
Se sabe delincuente y pecador, por su costumbre de enamorar mujeres, traficar con ellas y someterlas a esclavitud sexual. Sus culpas las expía mediante generosas aportaciones a la comunidad y limosnas a la iglesia, que entrega al alcalde y al párroco respectivamente, figuras notables que tienen la buena costumbre de visitar con frecuencia el lupanar que regentea.
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CCM (Complemento Circunstancial de Modo)
Gata Blues
Cuando distinguió el mal del bien, perdió las formas.
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Crimen y castigo
Serpico
Las malas costumbres que tenía desde niño eran corregidas oportunamente por las de sus padres: golpes, azotes, aislamiento y hambre. La efectividad del entrenamiento para la vida adulta, permite que ahora él soporte los maltratos y el encierro en la cárcel, consecuencia de ese doble asesinato que lo llevó a la orfandad.
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Día 8
Tallerista: Tequila
En el limbo
Pseudónimo
Sobrecargar su currículum con títulos, cursos y publicaciones era una costumbre. Como resultado, sus posibles empleadores pensaban que se trataba de alguien con un perfil superior a lo requerido. Tras meses sin encontrar empleo, se suicidó en varias ocasiones. En cada una fue extraditado con vida desde el más allá, sin explicaciones. En el cielo no acostumbraban recibir mentirosos y en el infierno, tanta virtud no tenía cabida.
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Día 9
Tallerista: Lucía Casas Rey
Visiones del pasado
bebé
Era inexplicable que la costumbre de ver elefantes voladores hubiera vuelto. Se había regenerado; el alcohol ya era cosa del pasado y no consumía drogas. Siempre aparecían escondidos entre mariposas y abejas gigantes o detrás de enormes libélulas y otros colosales bichos con alas. Se encogió de hombros y, mientras un escalofrío recorría su cuerpo, empujó la palanca que hacía funcionar la enorme rueda, más alta que la montaña rusa del parque de diversiones donde laboraba.
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Día 10
Tallerista: Tomás del Rey
Elegancia y buenos modales
Pseudónimo
El vestido y calzado aunados al bolso Louis Vuitton, sombrero y anteojos oscuros, le dan un aire aristocrático. Roba miradas y piropos, el aliento y más de un corazón a quienes se cruzan a su paso por la calle. En un descuido también les sustrae la cartera y el celular. Como compensación, tiene por costumbre devolver siempre el cambio exacto: una sonrisa inolvidable.
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El ilustrado
Telares
Para la entrevista que concedió al diario local posó de traje y corbata —pulgares en las sisas del chaleco— al lado de su biblioteca privada, la más ecléctica y completa de la ciudad. Como corresponde, publicó la nota en sus redes. Desde entonces, los estantes se fueron vaciando cuando parientes, amigos y conocidos empezaron a hacer cola en la puerta de su casa para reclamarle los libros prestados hacía años.
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A la medida
Black Dot
Sus mentiras ocasionaban desastres.
—La economía del país marcha sobre ruedas. Estamos a punto de acabar con la miseria —dijo.
Muchos perdieron sus empleos y los pobres empezaron a morirse de hambre.
Lo movieron a otra posición.
—Nuestro sistema de salud es de los mejores del mundo —exclamó orgulloso.
Y casi nos aniquilan las epidemias.
Finalmente lo volvieron a mudar a un sitio más apropiado. Ahora nos da el clima. Y cuando dice que habrá sol, llueve como si fuera el último diluvio.
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Día 11
Tallerista: Carlos Bortoni
Al tú por tú
Isishayo
Boris solía hablar de forma áspera y altanera en ese idioma incomprensible para imponerse a los demás. En su cabeza persistían el trauma y el recuerdo de los maltratos cuando fue prisionero de extranjeros. Ahora era su turno con los recién llegados por la frontera. Cierto día, no entendió ni tuvo tiempo para ponerse a salvo de la respuesta airada de una compatriota rusa que, perturbada por sus gritos, tartamudeaba frente a él: la legendaria AK-47.
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Maldición
Pitecantropus
La pereza es la única mala costumbre sobre la que se siente capaz de escribir. La conoce de sobra. Se decide, abre un cuaderno y empuña la pluma; se talla los ojos. Pensativo, apoya la cabeza en la otra mano mientras emerge un bostezo que parece nacer en las profundidades de los pies y se alarga como el río Amazonas hasta salir, caudaloso, por su boca. Después de un rato, reacciona; mira de soslayo el reloj y recapacita. Será mejor ir a la cama.
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El gusto por la bebida
Serpico
El trasplante de bazo, donado por los padres de un niño, le impuso nuevas condiciones. Sus costumbres deberán cambiar y solo podrá beber refrescos y aguas de frutas. En cuanto al alcohol, es preciso esperar a cuando sea mayor
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El Testadura
Black Dot
Desde que tiene memoria es así; ¡no hay razón que lo convenza! No puede ser mesurado y lo sabe. No importa que su interlocutor le hable con cortesía él tiene que levantar la voz. Y, si sus vociferaciones son respondidas con ironía, entonces saca la navaja o la pistola y amenaza con derramar sangre. Hemos intentado decirle que debe ser mesurado. Le regalamos un manual de civilidad. ¡total fracaso!
—Los hombres como yo no tienen cabida en esta sociedad pusilánime —dice a gritos cuando se siente excluido.
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Día 12
Tallerista: El águila descalza
La despedida
Pseudónimo
Su capacidad para atravesar puertas y paredes causa desconcierto entre su familia. No han logrado asimilar aún que, al citarlo, la nueva destreza desmiente la materialidad a la que estaban acostumbrados.
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Los usos y costumbres de las malas lenguas
Gata Blues
De ahí le viene dado, porque va de boca en boca y tira un dardo cuando le toca.
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Día 13:
Tallerista: Laura Elisa Vizcaíno
La historia de siempre
Isishayo
La frustración por el encierro, la falta de empleo y las políticas públicas erráticas transitaron de la zozobra a la protesta popular. La gente salió a la calle y, como es costumbre, hubo muertos y heridos en los enfrenamientos con la policía. Según la costumbre del gobierno, se prometieron cambios, además de investigar y castigar a los culpables que, como también es costumbre, jamás fueron llevados a juicio.
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Entre bromas
Frío Lento
Tenía la costumbre de jugar bromas pesadas. La última vez que lo hizo, se alejó hasta una barranca cercana y tras revolcarse en la tierra, se vertió pintura roja en la cabeza, llamó por el teléfono móvil pidiendo ayuda a sus amigos y tomó un somnífero para fingir estar muerto. Al encontrarlo y percatarse de su estado, procedieron según lo que exigían las circunstancias. Luego de rezarle un Padre Nuestro, recibió cristiana sepultura.
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Día 14
Tallerista: Mónica Brasca
Un hombre ejemplar
Rosel
La madre comentaba a familiares y amigos con verdadera gratitud: “Farid es el mejor tío del mundo, nos ayudó cuando murió mi esposo, con los gastos de la casa y en lo que nos hace falta. No suele cobrar ni sacar nada en cara, es maravilloso”. Las hijas escuchaban siempre en silencio. Después de muchos años, la madre descubrió que su cuñado sí se cobraba todo. Sus niñas eran la moneda de cambio.
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De la cumbre a la sima
Simbad
Aventurero por naturaleza y arqueólogo por formación, era reconocido por sus notables logros. Su prestigio aumentó gracias a un documental filmado durante las excavaciones que realizaba con su equipo en la selva. En él fueron evidentes la experiencia y el vasto conocimiento de las culturas antiguas que tenía aquel explorador quien, en ropa de campaña y con sus implementos, explicaba con detalle la técnica aplicada en los trabajos.
Meses después volvió a ser noticia, cuando fue encontrado aún con vida tras una semana entre las ruinas de una joya colonial derribada por un fuerte sismo. Días más tarde, el Museo Nacional anunció el hallazgo de un enorme acervo de piezas prehispánicas, descubierto durante su rescate en el patio principal, los pasillos y las habitaciones de esa antigua casona donde habitaba, y de la que también se había apropiado tiempo atrás.
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Cosas de familia
Melón
En el transcurso de la cuarentena, ciertos hábitos de la familia cobraron nuevo sentido. Entendí que papá no se pasa el día navegando en Internet, sino que se capacita y se informa para estar al día. Mamá no habla a todas horas con su madre y sus amigas: mantiene la comunicación social. Mi hermano mayor no pierde el tiempo en videojuegos: desarrolla sus capacidades en la era digital. Mi hermana fomenta las buenas relaciones con la comunidad al encontrarse a oscuras con el vecino casado. La única costumbre que aun no comprendo es qué demonios hace el novio de mi hermana cuando se cuela en las noches por la ventana de su recámara. Quizá no me queda claro porque él todavía no es de la familia.
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Día 15
Tallerista: Patricia Mejías
El arte de la paz
Gesel van God
Los enfrentamientos de la pareja eran frecuentes, hasta que ella encontró la solución en las prácticas orientales. Ataviada con un discreto kimono, solía esperar a que él llegara iracundo y agitado mientras, sentada en posición de flor de loto, admiraba su nuevo bonsai. Sin exabruptos, le daba la bienvenida en japonés y, tras la tradicional reverencia, respondía a los insultos con sus herramientas de karate y llaves de jiu-jitsu.
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Las malas lenguas
Black dot
Aunque Martha iniciaba las murmuraciones y metía cizaña, se fingía ofendida y digna para evitar represalias.
—Sonia se acuesta con el marido de la del nueve —eso dijo la maldita y se corrió la voz.
El esposo aludido se jactó de la mentira.
—¡Esta muy buena la hembra esa! —presumía.
Sonia no se ocultó, avergonzada, como las otras. ¡Sacaba el carácter bravo siempre, no se dejaba! Azotó la cabezota de la otra en el cemento.
—Yo no dije nada, te lo juro — fue lo último que pudo expresar la Martha.
Muerta en el patio de la vecindad, ahora sí que iban a intrigar por muchos días.
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Optimismo
Humo blanco
Su costumbre por ver siempre las cosas de otro color, le ocasionó el accidente. Al llegar a la intersección, la luz del semáforo estaba en rojo.
Vuelta a la manzana
Pitágoras
Eso, que nadie sabe si es un pasatiempo, diversión u oficio, ha sido la causa de grandes infortunios en la familia.
Todo empezó por aquel penoso episodio que narra un viejo libro, cuando esa criatura rastrera convenció en el jardín a mamá de seguirle el juego y dar la vuelta para conocer el otro lado, de morder el anzuelo y luego, que le ofreciera una probada a quien sería nuestro padre.
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Tal para cual
Simbad
Él solía enviar flores y regalarle joyas en retribución a sus favores. Cuando ella descubrió que eran falsas, una sonrisa de satisfacción afloró en su rostro y el remordimiento por lo que le había mostrado semanas antes, desapareció. También era ficticio el resultado negativo del examen de VIH.
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Día 16
Tallerista: Josep M. Nuévalos
Los viejos tiempos
Simbad
Refugiado en tangos y boleros casi olvidados que encubrían al silencio de aquel bar semivacío, se fundía con el mobiliario, como otra víctima colateral del tiempo. Sentado en la barra frente a un libro, nostálgico, con su copa en la mano vacilante, se lamentaba con el cantinero.
–De algunos años para acá, como pasa con las viejas amistades, su ausencia nos confunde y nos hace dudar y se les extraña, ¿no le parece así, amigo?
–¿A qué o a quién se refiere? –replicó aquel, desconcertado.
–A los amigos y a las tildes, por supuesto. Mire alrededor y lea este libro. Se fueron, nos han abandonado. Ya no se dejan ver, ni acostumbran estar donde antes. Creo que nos alcanzó el futuro.
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Big Brother
Pseudónimo
Sospechar de todos se ha vuelto una obsesión. En su paranoia, asimila y divulga teorías conspirativas que hablan del control de la humanidad mediante vacunas, tapabocas o sensores térmicos infrarrojos, el HAARP o la tecnología 5G. Sostiene que así mantiene su independencia y conserva su libertad mientras –atrapado en las redes sociales– envía y recibe mensajes y vídeos que se inspiran en esas ideas y rigen su comportamiento. Para demostrar que tiene razón, lleva una semana interceptando los mensajes de aquellos vecinos, cuyos hábitos le hacen suponer que son parte de una secta satánica o reptilianos disfrazados.
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Que me parta un rayo si mient...
Black Dot
¡Tzzzbroom!
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El principio de Peter
Serpico
Experto y riguroso en su trabajo, Roberto aprovechaba cualquier oportunidad para escalar en su profesión. Era más que un hábito. Lo había hecho desde joven, hasta que llegó a alcanzar el nivel más alto posible: el de la incompetencia absoluta.
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Día 17
Tallerista: Carlos Martín Briceño
De mal a peor
Gesel Van God
La costumbre ancestral de vender a las hijas casaderas como si fueran gallinas, quedaría prohibida en aquel pueblo remoto con la nueva ley. A partir de su entrada en vigor, las núbiles deberán ser tratadas con más dignidad y expenderse de acuerdo a su peso, como las frutas.
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Predicar con el ejemplo
Telares
Era toda una aventura salir con el abuelo a pasear los sábados por la mañana. Desayunábamos en el bar de la esquina y después nos íbamos a alguna feria. Lo que más nos gustaba era el mercado de pulgas. Con paciencia me enseñó a distinguir las antigüedades valiosas de las baratijas. Y también a detectar a los puesteros más distraídos, esconder rápido el trofeo en los bolsillos de su chaqueta cazadora y desaparecer entre la gente, separados, si era necesario. Dondequiera que esté, debe estar orgulloso de verme convertido en un profesional de las salideras bancarias.
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El lado izquierdo de la cama
Pseudónimo
–Que declare el acusado –ordenó el juez.
–No lo hice con mala fe, su señoría. Usted bien sabe que, en el pueblo, las diferencias y los oprobios se dirimen a balazos.
–Lo sé, pero usted cometió un flagrante asesinato. ¿Cómo se declara? –exclamó el magistrado.
–Yo no fui quien la mató, señor juez, ni mi pistola o la bala, que iba dirigida al cabrón de mi compadre, sino la puta costumbre de mi mujer de estar siempre en el lugar y momento equivocados.
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En alas de la fantasía
Bebé
En su sueño, circulaba a doscientos kilómetros por hora cuando apareció un camión atravesado en la autopista. Instantes después, emergían alas de su espalda y volaba para evitarlo. Al reconstruir los hechos, todo fue más claro. El accidente no fue por culpa de la velocidad, sino por soñar despierto. Voló en pedazos con todo y motocicleta hasta el mismo infierno, donde ya llevan tres días intentando armar el rompecabezas.
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De la A a la Z
Frío lento
Después de un largo interrogatorio confesó su culpabilidad: seguía y acechaba a sus víctimas hasta atraparlas en sus propias redes. Al aprehenderlo le fueron decomisadas veintiséis armas mayúsculas, otras tantas minúsculas y varios accesorios. Con este arsenal de letras y símbolos, más unas cuantas fotografías y videos, solía extorsionar a sus víctimas hasta destruir sus vidas en las redes sociales.
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Los desconfiados
Black Dot
A Pedro le gustaba tanto embelesar la verdad que las personas no soportaban oír sus patrañas. Los jóvenes se reían de sus embustes. Los viejos lo tachaban de chapucero y las chicas, al verlo venir, se alejaban para no tener que soportarlo. Los señores, al contrario, le platicaban chismes a sabiendas de que cuando él los contara no resistiría la engañifa.
Un día que un incendio empezaba a rodear el pueblo trato de advertir a los habitantes.
De todos los incrédulos no quedaron sino cenizas.
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Día 18
Tallerista: Elisa de Armas
Los bucles de la abuela
Serpico
La necedad de su padre de que usara falda para ir a la escuela a pesar del frío despertó su rebeldía. Luego fueron las discusiones para que le permitiera seguir sus estudios. Más tarde, las miradas de desprecio y el acoso de sus compañeros –la mayoría varones– en la Facultad de Leyes, a lo que ella supo responder con una tesis sobre los derechos de la mujer que mereció honores. La canallada de su arresto por organizar una huelga en busca del voto femenino y su paso por una cárcel infame son recuerdos muy vívidos, como también el día que conoció al abuelo en una reunión de activistas de izquierda. Esos y otros acontecimientos de su vida eran tan claros y persistentes en ella como su costumbre de olvidar las veces que los había contado y, sentada en la mecedora, repetir sus relatos al día siguiente.
***
Anhelo
La Ausente
A la hora de la siesta, aprovechábamos que nuestras madres dormían para adentrarnos en el bosque. La aventura comenzaba al pasar el sendero de los robles. El follaje se iba apretujando y los rayos de sol apenas esclarecían el camino mientras el aroma de los eucaliptos nos embriagaba. De repente nos estremecía el graznido de algún chimango que parecía acompañar el trayecto. Recorríamos los atajos con expectativa y, entre risas entrecortadas, nuestra audacia de púberes se desvanecía al encontrar un hurón muerto o una comadreja despanzurrada. Es allí que nuestros pasos se volvían precavidos porque tal vez detrás de ese árbol...
Nunca lo llegamos a ver. Nunca nos topamos con él.
En ocasiones camino la ciudad apresurada rumbo a mis actividades diarias. Las veredas pobladas de muchedumbre urgida y seria me devuelven mi imagen. Busco entonces una plazoleta espesa, de árboles fragantes y habitados por muchos pájaros, donde se manifiesta pleno ese aroma a infancia. Respiro profundo, disminuyo el ritmo porque comienza en mí a revelarse el deseo de encontrarme a la vuelta de la esquina con una sombra lustrosa y peluda.
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Día 19
Tallerista: Fernando Pérez-Cárdenas
DESIERTO
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Día 20
Tallerista: El último Abencerraje
En la granja
Lafitte
Todos los días, el canto del gallo anunciaba el inicio de una azarosa jornada más. Cuando el ave murió, la vida cambió. Por fin podían levantarse tarde, dormir la siesta y tomar las cosas con calma. Ya no había quien acostumbrara perseguir a los indefensos gusanos por todo el corral para alimentarse.
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El hijo de Dior
bebé
Emplear tapabocas durante la pandemia le parecía una práctica inútil. Justificaba su negativa a usarlo con argumentos absurdos, como el demérito de su imagen o ver coartada su libertad de expresión. Además de organizar reuniones concurridas con sus seguidores y asistir a fiestas sin tomar precauciones, solía jactarse de su inmunidad al virus por ser el elegido quien, según lo profetizado, ascendería a los cielos entre coros angelicales después de su muerte.
Semanas más tarde se cumplía el vaticinio. Una sutil columna de humo, con olor a carne asada, se elevaba –entre el ruido de autos, motocicletas y camiones– sobre la ciudad de Los Ángeles.
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En busca de la virtud
Volkandert
–Maestro, ¿mentir es una mala costumbre?
–Es un pecado, hijo. Lo mismo que robar.
–¿Y tomar venganza?
–También.
–¿Ser avaro?
–Otro pecado y un defecto de carácter.
–¿Drogarse?
–Un vicio.
–¿Discriminar por razones de raza, religión o sexo?
–Son prejuicios.
–¿Y ser malvado o comportarse mal?
–Aspectos de carácter y personalidad.
–Entonces, ¿qué es una mala costumbre?
–Pecar, prejuzgar, tener vicios, conductas o aspectos nocivos del carácter que, practicados en forma repetitiva, afecten negativamente al individuo, al prójimo, a la sociedad, o a la naturaleza.
–¿Qué más?
–Hacer tantas preguntas.
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Idolatría
Pseudónimo
Cuando se enteró de que el enemigo cometía atrocidades con quienes llevaban su cultura –bienestar y progreso–, a aquellos territorios inhóspitos, le hirvió la sangre. No podía concebir que hubiese alguien capaz de sacrificar a otros seres humanos por la razón que fuera. Convencido de sus ideales, se embarcó hasta esas tierras, para participar en la noble tarea de eliminar tal escoria de la faz de la tierra en nombre del único dios verdadero: el dólar..
Coordinación de La Marina 2020.
06 de October de 2020 / 15:19
06 de October de 2020 / 15:19
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